Publicado el: 20 de enero de 2025 / Actualización desde: 20 de enero de 2025 - Autor: Konrad Wolfenstein
La retirada de Google: la verificación de datos y la UE en la lucha contra la desinformación
Google se niega a integrar verificaciones de hechos
La Unión Europea se enfrenta a un importante revés en la lucha contra la desinformación en línea. Google ha dicho a la Comisión de la UE que no integrará mecanismos de verificación de datos directamente en sus resultados de búsqueda y vídeos de YouTube. Esta decisión, que el grupo anunció a mediados de enero de 2025, contrasta con los esfuerzos de la UE para frenar la difusión de información falsa. En una carta a las autoridades de la Unión Europea, Kent Walker, presidente de asuntos globales de Google, argumentó que implementar tales verificaciones de datos en los servicios de la compañía no era apropiado ni efectivo.
En una carta a la Comisión de la UE fechada el 16 de enero de 2025, Kent Walker, presidente de asuntos globales de Google, dijo que la integración de la verificación de datos "simplemente no era apropiada ni efectiva para nuestros servicios".
Una tendencia entre las empresas tecnológicas
Este movimiento de Google se enmarca en una tendencia que ya es evidente en otras grandes empresas tecnológicas. Apenas unos días antes del anuncio de Google, Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, anunció la interrupción de su programa de verificación de datos en Estados Unidos. Estos acontecimientos ensombrecen el futuro de la cooperación entre los gigantes tecnológicos y la Unión Europea en el ámbito de la lucha contra la desinformación.
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Impacto en la estrategia regulatoria de la UE
La decisión de Google es particularmente explosiva a la luz del Código de conducta de 2022 para combatir la desinformación y la Ley de servicios digitales (DSA). La Comisión de la UE esperaba convertir las obligaciones voluntarias establecidas en el código -incluida la integración de verificaciones de hechos- en requisitos legalmente vinculantes dentro del marco de la DSA. La UE se enfrenta ahora al desafío de reajustar su estrategia.
La situación se complica aún más por la percepción de una creciente presión sobre los reguladores europeos por parte de las principales empresas tecnológicas. Los observadores ven aquí una conexión con el inminente segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, lo que puede indicar un cambio de actitud estadounidense hacia la regulación de las empresas tecnológicas.
Origen del Código de Conducta y razonamiento de Google
El código de conducta de la UE para combatir la desinformación, introducido en 2022, se basó en el compromiso voluntario de las empresas tecnológicas de tomar determinadas medidas. Esto incluía explícitamente la integración de verificaciones de hechos en los resultados de búsqueda y algoritmos de clasificación para hacer que la información confiable sea más accesible para los usuarios y mostrar la información falsa de manera menos prominente. La Ley de Servicios Digitales (DSA) debería transformar estas obligaciones voluntarias en un conjunto de normas vinculantes para garantizar su aplicación y establecer un enfoque coherente para abordar la desinformación.
Google justifica su postura negativa afirmando que integrar directamente la verificación de datos en sus propios servicios no es la forma correcta. Kent Walker dijo en su carta a la Comisión de la UE que ese enfoque “simplemente no era apropiado ni efectivo para nuestros servicios”. En cambio, Google se refiere a sus mecanismos de moderación de contenido existentes. Un ejemplo de esto es la capacidad de los usuarios de agregar información contextual y anotaciones a los videos de YouTube. Google sostiene que estas medidas son suficientes para contrarrestar la difusión de información errónea. Sin embargo, los críticos se quejan de que estos consejos generados por los usuarios a menudo llegan demasiado tarde, no siempre son confiables y no tienen el mismo impacto que el etiquetado oficial realizado por verificadores de datos independientes.
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Consecuencias para combatir la desinformación
La decisión de Google tiene implicaciones de gran alcance y provoca reacciones diferentes. El anuncio de retirarse de las obligaciones previstas de verificación de datos antes de que el código se convierta en un código de conducta jurídicamente vinculante de la DSA envía una señal clara. La decisión de Meta de cerrar su programa de verificación de datos en Estados Unidos refuerza la preocupación de que esté surgiendo una tendencia más amplia en la que las principales plataformas buscan eludir su responsabilidad de combatir la desinformación. La Comisión de la UE ahora enfrenta la difícil tarea de repensar su estrategia para combatir la desinformación y encontrar formas alternativas de frenar la difusión de información falsa en línea.
La negativa de Google podría tener varias consecuencias. Una posible reacción de la UE sería emprender acciones legales contra la empresa si se niega persistentemente a cumplir los requisitos de la DSA. La DSA impone importantes sanciones económicas por infracciones, que pueden llegar hasta el 6% de la facturación global anual de una empresa. Una disputa de este tipo no sólo tendría implicaciones financieras, sino que también podría exacerbar aún más las tensiones políticas entre la UE y las empresas tecnológicas estadounidenses, particularmente en el contexto de las próximas elecciones presidenciales estadounidenses y las incertidumbres políticas asociadas.
Desafíos a largo plazo y posibles cambios
Para el futuro, esto significa que la Comisión de la UE se enfrenta a una decisión importante. Debe evaluar cómo responde a la postura negativa de Google y si es posible que sea necesario ajustar o endurecer la DSA para garantizar el cumplimiento por parte de las principales empresas de tecnología. Estos avances podrían tener implicaciones de gran alcance para la futura regulación de las plataformas en línea en Europa y cambiar fundamentalmente la forma en que se combate la desinformación en el espacio digital. Es más que una simple cuestión de verificación de hechos; Se trata del equilibrio entre la libertad de las empresas de tecnología para innovar y proteger a los ciudadanos de la información errónea dañina en un mundo cada vez más digital. Los próximos meses mostrarán cómo responde la UE a este desafío y qué nuevos caminos se toman en la lucha contra la desinformación.
Reacción de la UE y posibles consecuencias
La Comisión de la UE aún no ha manifestado ninguna aceptación oficial de las Notas Comunitarias como alternativa a las verificaciones de hechos. Por el contrario, la UE ya ha advertido a Meta que no detenga el programa de verificación de datos en la UE. Thomas Regnier, portavoz de asuntos digitales de la Comisión, señaló la ley de la UE que exige que las plataformas reduzcan riesgos sistémicos como la desinformación.
La UE podría imponer multas de hasta el 6% de la facturación global anual de una empresa por incumplimiento de la Ley de Servicios Digitales (DSA). Esto podría tener importantes consecuencias financieras para Google.
Desafíos para la UE
La UE se enfrenta ahora al desafío de repensar su estrategia para combatir la desinformación. Aunque la DSA no exige herramientas de moderación específicas, los métodos elegidos por las plataformas deben prevenir eficazmente la difusión de contenidos nocivos.
Queda por ver cómo responderá la UE a la negativa de Google y si adaptará o endurecerá la DSA para garantizar el cumplimiento por parte de las grandes empresas tecnológicas. Este avance podría tener implicaciones de gran alcance para la futura regulación de las plataformas en línea y la lucha contra la desinformación en Europa.
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