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No toda la ingeniería eléctrica es igual y el nuevo “efecto Scholz” alemán en la práctica

No toda la ingeniería eléctrica es igual y el nuevo “efecto Scholz” alemán en la práctica

La ingeniería eléctrica no es lo mismo que la ingeniería eléctrica y el nuevo “efecto Scholz” alemán en la práctica – Imagen: Xpert.Digital

Ojo con las compañías eléctricas: ¿quién tiene realmente derecho a conectarse a la red eléctrica?

La importancia de la normativa legal en el campo de la ingeniería eléctrica.

Los trabajos eléctricos están estrictamente regulados en Alemania. A primera vista, esto tiene sentido, porque después de todo, todas las instalaciones de suministro de energía tienen que ver con la seguridad, la confiabilidad y la funcionalidad a largo plazo. Quien, como consumidor o cliente, recurre a una empresa que anuncia con alarde de “técnica eléctrica” en su vehículo de empresa o en su página web, a menudo supone con toda naturalidad que dicha empresa también está autorizada a instalar directamente su sistema fotovoltaico, bomba de calor u otros sistemas eléctricos en conectarse a la red eléctrica. Pero tenga cuidado: esta conclusión no siempre está justificada.

El título de máster: el factor decisivo en los trabajos de ingeniería eléctrica

El factor decisivo es el título de maestro electricista. Legalmente, en Alemania, solo un maestro electricista registrado o una empresa eléctrica con título de maestro electricista está autorizado para conectar sistemas eléctricos a la red eléctrica pública. Esto no es una mera formalidad, sino un componente importante del control de calidad. Sin título de maestro electricista, las empresas pueden realizar trabajos preliminares, suministrar e instalar equipos o realizar ciertas actividades preparatorias. Sin embargo, la puesta en servicio final – – , la conexión oficial a la red, que también incluye pruebas relevantes para la seguridad— requiere la experiencia y la licencia de un maestro electricista.

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Por qué el título del campeonato es tan importante

¿Porqué es eso? Un maestro electricista no sólo ha recibido una sólida formación práctica, sino que también ha adquirido una cualificación teórica exigente. Conoce detalladamente las normas, reglas técnicas y normas de seguridad pertinentes. Esto garantiza que el sistema esté conectado cumpliendo con todas las leyes y pautas de seguridad. Los sistemas eléctricos están sujetos a regulaciones estrictas porque incluso un pequeño error en el cableado o la instalación puede tener consecuencias peligrosas. En el peor de los casos, pueden producirse incendios, cortocircuitos o accidentes graves. Nadie quiere exponerse a sí mismo y a su familia a riesgos innecesarios sólo para ahorrar unos euros o caer en manos equivocadas por desconocimiento.

El peligro de malentendidos: la aparición de una empresa maestra

Esto lleva a una situación que a primera vista parece paradójica. Una empresa puede, por ejemplo, operar oficialmente como empresa de ingeniería eléctrica, realizar trabajos de montaje de sistemas y también ofrecer un asesoramiento muy competente, pero sin tener la autoridad final para conectar el sistema a la red. A menudo, esto sólo se hace evidente para los clientes tarde y, a menudo, provoca un desagradable despertar. En la práctica, resulta que si esperas un maestro electricista, no necesariamente lo encontrarás. Esto es especialmente cierto cuando una empresa atraviesa un relevo generacional, por ejemplo cuando un hijo se hace cargo de la empresa tradicional de su padre, que era maestro electricista, pero el sucesor no tiene un título de maestro. A veces, el sitio web o la oferta no dicen nada sobre el hecho de que la instalación final, es decir, la conexión a la red propiamente dicha, no puede realizarse sin un maestro externo.

El rudo despertar al final de un proyecto

Esto genera una gran confusión. Imagine: Un proyecto se planifica cuidadosamente durante semanas o meses. Se han realizado consultas, estimaciones de costos, plazos y acuerdos, el sistema está instalado y todo parece marchar a la perfección. Pero al final, cuando se acerca el paso final – conexión a la red eléctrica, el momento que culmina todo el proyecto y da vida al sistema— – queda claro que la empresa no puede llevar a cabo este último paso. En su lugar, se debe contratar a un electricista externo con poca antelación. Esto no solo cuesta tiempo y, generalmente, dinero adicional, sino que también deja un sabor amargo. Una empresa que antes se consideraba competente y confiable pierde confianza y credibilidad como resultado de esta omisión.

Seguramente hay muchos especialistas capacitados sin título de maestría y con mucha experiencia práctica. Pero la falta de un título de máster tiene consecuencias jurídicas: sin la empresa del máster no está permitido realizar las conexiones definitivas a la red eléctrica pública. Esto no es ningún secreto, sino más bien un conocimiento común en la industria. Una empresa que oculta o resta importancia a este hecho está cometiendo un abuso de confianza.

Comunicación abierta: por qué la transparencia es tan importante

Esta situación también plantea preguntas incómodas. ¿Cómo es posible que una empresa que en su día fue exitosa, fundada por un padre como maestro electricista, ahora funcione sin un certificado de maestro artesano, sin que esto se comunique abiertamente? Se podría argumentar que quien hereda o se hace cargo de un negocio próspero debería al menos tener la previsión de adquirir las cualificaciones necesarias – es decir, el – maestro artesano. Los costes de la formación de maestro artesano son ciertamente elevados, oscilando entre 6.500 y 11.000 €. Sin embargo, esta inversión parece esencial para garantizar la credibilidad de la empresa y la satisfacción del cliente. Si el nuevo propietario no puede o no quiere afrontar este reto financiero y personal, surgen – sobre la profesionalidad, el sentido de la responsabilidad y la visión empresarial.

Un nuevo término: “Scholzen” y su significado

En este contexto aparece un término especial que ha surgido recientemente: el llamado “scholzen”. Esta nueva palabra surgió de una situación política particular en la que se anunciaron grandes expectativas e intenciones ambiciosas, pero luego se relativizaron mediante constantes vacilaciones, retiradas o evasiones. “Scholzen” es emblemático porque, por un lado, hace grandes promesas, pero, por otro, siempre busca excusas cuando se trata del paso crucial de implementación. Transferido a la situación descrita en el sector eléctrico, se puede decir: Quien se presenta como un no maestro, promete todo lo posible, tranquiliza a los clientes y al mismo tiempo sabe en el fondo que no puede dar solo el último paso, es , por así decirlo, "escolarizando" su camino a través del proceso.

La confianza y la transparencia son esenciales

El problema no es sólo la falta de autoridad, sino la falta de confianza que surge cuando los clientes sólo se enteran de este hecho al final. Se podría calificar de vergonzoso que un negocio de maestro artesano que antes funcionaba bien ahora continúe sin un título de maestro artesano. Se vuelve aún más desagradable cuando los clientes se dan cuenta más tarde de que no se les ofreció una transparencia clara. Lo que antes se percibía como asesoramiento profesional y ejecución de primera clase, en retrospectiva se convierte en una molestia. El cliente se siente decepcionado y se pregunta cómo se ha podido llegar a este punto. ¿Habría sido tan difícil decir abiertamente desde el principio que para la conexión final habría que recurrir a una empresa eléctrica externa con un título de maestría?

El problema del ocultamiento

Cuando se intenta encubrir estas deficiencias con excusas endebles, la situación es desastrosa. Parece entonces como si el punto se hubiera expresado solo verbalmente, como si esta información crucial solo se hubiera mencionado "de pasada", para luego afirmar que realmente se había dicho – pero no por escrito, ni oficialmente, ni de forma verificable. Este comportamiento evoca asociaciones con la "humillación": se hacen promesas, se comunican objetivos, pero en cuanto las cosas se concretan, los responsables se refugian en excusas y ambigüedad. El cliente se queda entonces con las de perder.

La influencia de los desafíos estructurales

Todo el asunto pone de relieve una evolución que se nota en muchos ámbitos. La escasez de trabajadores cualificados, el aumento de los costes de formación y los crecientes obstáculos burocráticos están dificultando que las empresas contraten personal altamente cualificado o permitan a las generaciones futuras adquirir títulos de maestro artesanal en su propia empresa. Algunas personas evitan los costos, el esfuerzo y el tiempo que implica la formación de un maestro. Pero el resultado es que el valor de una empresa que alguna vez destacó por su alto nivel de cualificación puede disminuir a largo plazo. Quien no dispone de un título de máster no sólo pierde su personalidad jurídica, sino también la confianza de los clientes potenciales.

La perspectiva del cliente

Desde la perspectiva del cliente, es importante conocer con antelación y en profundidad la empresa que realiza el trabajo. Debe quedar claro si existe una empresa maestra que ofrezca el servicio completo de un solo proveedor. Si cuentas con la titulación adecuada, puedes estar seguro de que tanto la instalación como la conexión a la red se realizará de forma profesional y conforme a la ley. También merece la pena comprobar en la oferta si se menciona la necesidad de un maestro electricista. Una empresa de buena reputación lo comunicará abiertamente y, si es necesario, involucrará a una empresa asociada para el paso final.

La responsabilidad de las empresas

La pregunta para las propias empresas es cómo quieren abordar el problema. ¿No es mejor ser abierto y transparente en lugar de intentar excusarse con declaraciones oscuras? Cualquiera que revele que está utilizando un maestro electricista externo para la conexión final de la red indica honestidad y evita expectativas decepcionantes del cliente. Esta transparencia puede incluso fortalecer la confianza a largo plazo porque demuestra que la empresa reconoce la complejidad del asunto y lo aborda de manera responsable.

El fenómeno de los “scholzen” – Una consideración simbólica

En este contexto, el fenómeno de los “scholzen” es más que una simple alusión política. Es un símbolo del comportamiento humano en general, de la forma en que algunas personas o empresas enfrentan sus obligaciones. Aparentemente buenas intenciones que se quedan en nada en el momento crucial porque no quieres o no puedes implementar la parte desagradable. Esta actitud causa frustración y daña la reputación de todos los involucrados.

En un sentido más amplio, "Scholzen" también se usa como sinónimo de dudarlo, bucear o evitar decisiones claras. Se presta en términos similares como "Merkeln" (sin decisión) o "Lindnern" (mejor no hacer algo en lugar de hacerlo malo).

La especial importancia en la ingeniería eléctrica.

Este problema es especialmente crítico en la ingeniería eléctrica, porque está en juego la seguridad de los clientes. Una conexión inadecuada a la red eléctrica puede ser peligrosa y causar daños graves. Cualquiera que utilice tácticas, eluda u oculte pasos importantes no sólo pone en peligro la relación de confianza, sino que también puede poner en peligro la seguridad. Por eso es aún más importante que existan condiciones claras y que las empresas que ofrecen ingeniería eléctrica cuenten realmente con los conocimientos especializados y las autoridades necesarias.

El impacto en la industria.

Tampoco se debe subestimar el aspecto económico. Si se corre la voz de que algunas empresas operan sin un título de máster, aunque parezcan ser una empresa de ingeniería eléctrica con todas las de la ley, esto puede afectar a la reputación de todo el sector. Los clientes se muestran entonces cada vez más escépticos y quizá incluso desconfiados. Esto significa que incluso los maestros artesanos reputados sufren la mala impresión que dejan los demás. La credibilidad de la industria está en juego cuando se retiene información y no se cumplen los requisitos legales.

El camino hacia una mayor profesionalidad

La solución es obvia: apertura, transparencia y comunicación clara. Cualquiera que dude en formarse como maestro artesano debería preguntarse si podrá sobrevivir en este sector a largo plazo. Sin embargo, cualquiera que haya superado con éxito el examen de máster o tenga a bordo un maestro electricista cualificado debería dejarlo claro para dar a sus clientes la seguridad de que están en buenas manos. En última instancia, el camino nos lleva a alejarnos de la “escrupulosidad” y acercarnos a un trato honesto, profesional y digno de confianza en el trato con clientes y proyectos.

Responsabilidad a través de la transparencia

Al final, los clientes se dan cuenta de que no toda la ingeniería eléctrica es igual. Vale la pena mirar más de cerca y preguntarse qué calificaciones tiene una empresa. Sólo así se puede evitar acabar con un sistema a medio terminar que de repente tenga que encargar a un tercero la conexión final a la red. Esto no sólo es molesto para el cliente, sino también para la propia imagen de la empresa. Cualquiera que sea consciente de este problema puede garantizar que la calidad, la confianza y la seguridad se mantengan a largo plazo.

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