
La UE hunde a la industria siderúrgica británica en la mayor crisis de su historia – Imagen: Xpert.Digital
Conmoción desde Bruselas: ¿el acero británico al borde del colapso?
¿Cuál es el contexto de la actual crisis de la industria siderúrgica británica?
La industria siderúrgica británica se enfrenta al que probablemente sea el mayor desafío de su historia en otoño de 2025. El 7 de octubre de 2025, la Comisión Europea anunció medidas de salvaguardia de gran alcance para el sector siderúrgico europeo que tendrán un impacto masivo en la industria siderúrgica del Reino Unido. La Comisión Europea propone reducir los cupos de importación de acero libre de impuestos en un 47 % con respecto a los volúmenes planificados para 2024, a 18,3 millones de toneladas al año. Al mismo tiempo, el tipo arancelario para los volúmenes de acero que excedan este cupo se duplicará del 25 % al 50 %. Estas medidas tienen como objetivo proteger a la industria siderúrgica europea de los efectos injustos del exceso de capacidad mundial, en particular del acero barato procedente de China, que podría desviarse cada vez más a Europa tras la imposición de elevados aranceles estadounidenses.
El núcleo del problema: las nuevas normas de la UE y la dependencia de las exportaciones de Gran Bretaña
Estas medidas previstas suponen una amenaza grave para la industria siderúrgica británica. Entre el 78 % y el 80 % de las exportaciones de acero británicas se destinan a la Unión Europea, lo que equivale a un valor aproximado de tres mil millones de libras esterlinas. De los aproximadamente cuatro millones de toneladas de acero que se producen anualmente en Gran Bretaña, aproximadamente 1,9 millones se exportan a la UE. Por lo tanto, la UE es, con diferencia, el mercado de ventas más importante para el acero británico. La dependencia de la industria siderúrgica británica de este mercado de exportación la hace especialmente vulnerable a las medidas de protección comercial de la UE.
Representantes de la industria advierten de una catástrofe inminente
Las reacciones de la industria siderúrgica británica son unánimemente alarmantes. Gareth Stace, director general de la asociación comercial UK Steel, describió la situación como potencialmente la mayor crisis que la industria siderúrgica británica haya experimentado jamás. Instó al gobierno británico a aprovechar al máximo sus relaciones comerciales con la Unión Europea para asegurar cuotas específicas para el Reino Unido, o de lo contrario se avecina una catástrofe. Stace también advirtió sobre un segundo riesgo grave: las medidas de la UE podrían provocar que millones de toneladas de acero ya no puedan exportarse a Europa debido a que los aranceles europeos se desvíen al mercado británico. Esto podría suponer la sentencia de muerte definitiva para muchas de las empresas siderúrgicas británicas restantes.
El sindicato comunitario, que representa a numerosos trabajadores siderúrgicos británicos, describe las medidas previstas por la UE como una amenaza existencial para la industria siderúrgica. Alasdair McDiarmid, secretario general adjunto del sindicato, destacó que Europa es, con diferencia, el principal destino de las exportaciones de acero británicas y que perder el acceso a este mercado tendría un impacto catastrófico en el empleo británico. Instó a los gobiernos del Reino Unido y de la UE a entablar negociaciones urgentes para mitigar el grave impacto de estas propuestas en la industria siderúrgica. McDiarmid advirtió que una guerra comercial con la UE, en un momento en que la industria siderúrgica mundial ya se encuentra bajo una enorme presión, sería devastadora para todas las partes implicadas, y que los trabajadores tanto del Reino Unido como de Europa serían los más afectados.
Un sector en caída libre: cifras de producción en mínimos históricos
La industria siderúrgica británica lleva años atravesando un difícil proceso de transformación. En 2024, la producción de acero bruto en el Reino Unido se redujo drásticamente un 29 %, hasta tan solo cuatro millones de toneladas. Esta fue la tercera caída consecutiva y marcó un mínimo histórico. En comparación, la producción británica de acero bruto ha caído tres cuartas partes desde el año 2000. El Reino Unido descendió del puesto 26 entre los productores mundiales de acero en 2023 al 36 en 2024, situándose ahora entre Suecia y Eslovaquia. Por lo tanto, la importancia del país para la producción mundial de acero ha disminuido aún más.
La drástica caída de la producción en 2024 se debe principalmente al cierre de los altos hornos de Port Talbot. La acería de Port Talbot, la más grande del Reino Unido, cerró su primer alto horno en julio de 2024, seguido del segundo y último en septiembre de 2024. Estos cierres pusieron fin a más de 100 años de producción primaria de acero en la ciudad. Los altos hornos serán reemplazados por un horno de arco eléctrico, cuya entrada en funcionamiento está prevista para finales de 2027. Este cambio forma parte de la transformación ecológica de la industria siderúrgica y se espera que reduzca las emisiones de CO2 en la planta en un 90 %. La empresa india propietaria, Tata Steel, está invirtiendo 750 millones de libras en la construcción del nuevo horno de arco eléctrico, mientras que el gobierno del Reino Unido aportará 500 millones de libras.
El alto precio de la modernización: miles de empleos perdidos
La transición a métodos de producción más respetuosos con el medio ambiente tiene graves consecuencias sociales. Tata Steel anunció en enero de 2024 que recortaría 2.800 empleos, de los cuales 2.500 se eliminarían en un plazo de 18 meses. La mayoría de estas pérdidas de empleos se producirán en Port Talbot, con otras 300 posibles pérdidas en Llanwern, Newport, en un plazo de tres años. Antes del cierre de los altos hornos, más de 4.000 personas trabajaban en la acería de Port Talbot. Tras el cierre en octubre de 2024, quedaron aproximadamente 2.000 empleados, dedicados principalmente al procesamiento de chapas de acero importadas para la fabricación de productos laminados.
El sindicato comunitario calificó los planes de Tata Steel como devastadores para Port Talbot y toda la industria siderúrgica. La pérdida de empleos no solo tendrá un impacto directo en los trabajadores de las acerías, sino también en toda la cadena de suministro y la economía local. Estudios académicos de la Universidad de Leeds sobre despidos masivos previos en la industria siderúrgica galesa a principios de la década de 2000 demostraron que los trabajadores siderúrgicos afectados se enfrentaron a importantes barreras estructurales para la transición a un nuevo empleo y que los despidos también tuvieron impactos negativos en áreas como la salud y la vivienda. El Dr. Calvin Jones estima que la pérdida de empleos en Port Talbot podría resultar en una pérdida de ingresos anuales para la ciudad de alrededor de 200 millones de libras esterlinas, equivalente a casi el 15 % de sus ingresos brutos totales.
Las tácticas diplomáticas de Londres en la crisis del acero
El gobierno británico, bajo el mando del primer ministro Keir Starmer, ha mostrado un firme apoyo a la industria siderúrgica, pero se enfrenta a la difícil tarea de mediar entre diversos intereses. Durante su viaje a la India en una misión comercial en octubre de 2025, Starmer anunció que su gobierno mantenía conversaciones con la UE sobre los aranceles propuestos al acero. Sin embargo, evitó proporcionar detalles o confirmar si el Reino Unido solicitaría una exención de las nuevas normas. Starmer se limitó a enfatizar que el gobierno está en conversaciones con la UE y EE. UU. sobre los aranceles al acero y que ofrecerá más información a su debido tiempo.
El secretario de Comercio, Chris McDonald, instó a la Comisión Europea a aclarar urgentemente el impacto de esta medida en el Reino Unido. Subrayó la importancia crucial de proteger el flujo de mercancías entre el Reino Unido y la UE, y que el gobierno colaboraría con sus aliados más cercanos para abordar los desafíos globales en lugar de agravar las preocupaciones de las industrias. El gobierno británico también anunció que seguiría explorando medidas comerciales más rigurosas para proteger a los productores de acero británicos de prácticas desleales.
La lógica detrás de las medidas de protección de la UE
La Unión Europea justifica sus medidas de salvaguardia con la necesidad de proteger a la industria siderúrgica europea de los efectos injustos del exceso de capacidad global. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, enfatizó que un sector siderúrgico fuerte y descarbonizado es crucial para la competitividad, la seguridad económica y la autonomía estratégica de la Unión Europea. El exceso de capacidad global está perjudicando a la industria y es necesario actuar de inmediato. Instó al Consejo y al Parlamento a actuar con rapidez.
La Comisión cita un exceso de capacidad mundial de más de 600 millones de toneladas, lo que equivale a más de cinco veces el consumo anual de acero de la UE. Este exceso de capacidad, el aumento de las importaciones de acero y el cierre de mercados de terceros países están debilitando la competitividad del sector, obstaculizando las inversiones en descarbonización y poniendo en peligro su viabilidad a largo plazo. La UE acusa a China, en particular, de utilizar ayudas estatales para otorgar a su industria siderúrgica una ventaja injusta y asegurar un exceso de acero en el mercado mundial.
El excedente de acero de China inunda el mercado mundial
China es, con diferencia, el mayor productor de acero del mundo. Según cifras de la Asociación Mundial del Acero, China produjo más de mil millones de toneladas de acero en 2024, lo que representa más de la mitad de la producción mundial de acero. En comparación, la industria alemana produjo alrededor de 37 millones de toneladas de acero ese mismo año. El enorme exceso de capacidad de China se debe a una combinación de una débil demanda interna, en particular debido a la actual crisis inmobiliaria, y una producción subvencionada por el Estado. Este exceso de capacidad ha llevado a China a aumentar drásticamente sus exportaciones de acero.
Las exportaciones chinas de acero se dispararon en 2024, alcanzando un 50 % por encima del promedio quinquenal y un 19 % más que en el mismo período del año anterior. Con 95 millones de toneladas de acero exportadas en 2024, China alcanzó su nivel más alto desde 2015-2016. Gracias a las economías de escala, los menores costos de insumos y el exceso de capacidad, los precios del acero chino son significativamente inferiores a los de sus competidores internacionales. En muchos países, la afluencia de importaciones de acero chino barato amenaza a los productores nacionales de acero, que tienen dificultades para competir con las importaciones mucho más baratas.
Medidas defensivas globales contra las importaciones baratas
La dinámica de las exportaciones chinas de acero ha llevado a muchos países a adoptar medidas proteccionistas, como aumentos arancelarios o derechos antidumping. A principios de 2025, países latinoamericanos como México, Chile y Brasil comenzaron a aumentar los aranceles sobre el acero chino. Estados Unidos y la Unión Europea se sumaron rápidamente a esta medida. Recientemente, importantes socios comerciales asiáticos de China, como India y Tailandia, también se han sumado a esta ola de proteccionismo. Esto podría poner a prueba las relaciones económicas, ya que China es un importante comprador e inversor en muchos países de América Latina y Asia.
Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, ha tomado medidas particularmente agresivas. El 12 de marzo de 2025, se reactivaron los aranceles adicionales sobre los productos de acero y aluminio, introducidos originalmente en 2018, tras haber sido suspendidos parcialmente durante la administración Biden. El tipo arancelario se fijó inicialmente en el 25 %. El 4 de junio de 2025, Trump aumentó los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio al 50 % para todos los países, excepto Gran Bretaña. Estas medidas buscan fortalecer la industria siderúrgica estadounidense y proteger los intereses de seguridad nacional. Aproximadamente una cuarta parte del acero que se utiliza en Estados Unidos es importado, la mayoría de los cuales provienen de países vecinos como México y Canadá o de aliados cercanos en Asia y Europa.
Atrapados entre los aranceles estadounidenses y las barreras de la UE
La industria siderúrgica británica se enfrenta a una doble carga sin precedentes. Por un lado, las exportaciones de acero británico a Estados Unidos han estado sujetas a un arancel del 25 % desde marzo de 2025, tras la reintroducción de los aranceles al acero por parte de Trump. Si bien el Reino Unido recibió un trato preferencial en virtud de un acuerdo de prosperidad económica con Estados Unidos el 8 de mayo de 2025 y continúa pagando un arancel del 25 %, mientras que otros países han tenido que pagar el 50 % desde junio de 2025, estos aranceles representan, no obstante, una carga significativa. Estados Unidos es el segundo mercado de exportación más importante para el acero británico, con aproximadamente 200 000 toneladas exportadas anualmente, lo que equivale al 9 % en valor y al 7 % en volumen.
Por otro lado, la UE amenaza ahora con aumentar drásticamente el precio, o incluso eliminar por completo, el principal mercado de exportación del acero británico con sus aranceles previstos del 50 %. Los exportadores británicos de acero describieron la situación ante los medios de comunicación como un doble golpe. Un exportador declaró que las nuevas normas de la UE tendrían un impacto directo en las exportaciones británicas y provocarían una desviación comercial negativa. Lisa Coulson, directora comercial de British Steel, expresó especial preocupación por los informes sobre los recortes previstos por la UE a las cuotas de importación de acero. Esto podría resultar en la exclusión de los fabricantes británicos de su mayor mercado de exportación, mientras que siguen enfrentándose a un arancel del 25 % en EE. UU.
Los altos costos de la energía como desventaja competitiva autogenerada
Además de los desafíos de la política comercial, la industria siderúrgica británica se enfrenta a importantes desventajas competitivas estructurales. Un problema especialmente grave es el altísimo coste de la energía. Nuevos datos de UK Steel de septiembre de 2025 muestran que se prevé que los productores de acero británicos paguen hasta un 25 % más por la electricidad en 2025 y 2026 que sus competidores en Francia y Alemania. Esto se traduce en costes adicionales de 26 millones de libras al año. UK Steel estimó que los costes adicionales para los productores de acero británicos, debido al aumento de los precios de la electricidad en comparación con los competidores de la UE, ascienden a 117 millones de libras anuales.
Los altos costos de la energía son particularmente problemáticos a medida que la industria siderúrgica se desplaza cada vez más hacia hornos de arco eléctrico, que requieren una potencia considerablemente mayor que los altos hornos tradicionales. La electricidad es un insumo fundamental para la producción de acero, y unos precios competitivos de la electricidad serán cada vez más importantes para la competitividad, el éxito y la supervivencia a largo plazo de la industria a medida que avanza hacia la electrificación. Gareth Stace, de UK Steel, enfatizó que la industria siderúrgica británica tiene las manos atadas, ya que enfrenta precios de la electricidad hasta un 25 % más altos que los de sus competidores europeos. Estos precios de la electricidad poco competitivos representan una amenaza para el empleo, la inversión futura y las ambiciones de cero emisiones netas.
Dependencia de las importaciones debido a la limitada diversidad de productos
El mercado siderúrgico del Reino Unido depende en gran medida de las importaciones de acero. En 2023, la producción ascendió a 5,6 millones de toneladas, mientras que el consumo fue de 7,6 millones de toneladas. Sin embargo, los productores de acero del Reino Unido solo cubrieron parcialmente esta demanda, vendiendo 3,04 millones de toneladas en el mercado nacional. Los 4,46 millones de toneladas restantes se obtuvieron de proveedores extranjeros. En 2023, la penetración de las importaciones fue del 60 %, frente al 55 % del año anterior.
Los importadores pudieron conseguir una porción tan grande del pastel no solo porque se exportaba una parte significativa de los productos de acero locales, sino principalmente debido a la limitada gama de productos de las acerías británicas. Un ejemplo es el acero plano laminado en frío de categoría 2, utilizado en la fabricación de piezas de automoción y electrodomésticos. En el Reino Unido, este acero se produce únicamente en una de las acerías de Tata Steel, y en cantidades muy limitadas. Por lo tanto, la dirección de la empresa decidió suspender las ventas comerciales y destinar todo el producto a la producción de galvanizado.
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80.000 empleos en juego: Cómo puede Gran Bretaña defender su base siderúrgica
Debilitamiento de la demanda en los sectores automotriz y de la construcción
La demanda de acero en el Reino Unido se debe principalmente a los sectores de la automoción y la construcción, que han enfrentado desafíos en los últimos años. La producción de automóviles en el Reino Unido disminuyó un 13,9 %, hasta las 779.584 unidades en 2024, con una caída del 8 % en el mercado nacional, hasta las 176.019 unidades. La producción total de vehículos se redujo un 11,8 %, hasta las 905.233 unidades, durante el mismo período. La producción de vehículos eléctricos incluso disminuyó un 20,4 %, hasta las 275.896 unidades. El sector de la automoción está atravesando una difícil transición hacia los vehículos eléctricos, lo que está afectando la demanda de acero.
El sector de la construcción también enfrentó tiempos difíciles, debido al aumento de los costos y a la disminución de la inversión y la demanda en un contexto económico complejo. La producción de la construcción cayó drásticamente a finales de 2023, pero en el segundo semestre de 2024, según la Oficina Nacional de Estadística, se registró una lenta recuperación en la mayoría de los sectores, con la excepción de la vivienda pública y el comercio. Sin embargo, el sector registró un elevado número de insolvencias, con un total de 4.102 en los 12 meses hasta noviembre de 2024, aunque un 6,3 % menos que en los 12 meses anteriores.
Reseña histórica: La fundación de la industria británica
La industria siderúrgica tiene una larga y distinguida historia en Gran Bretaña. El país fue la cuna de la Revolución Industrial entre 1760 y 1840, que trajo consigo una mecanización innovadora y un profundo cambio social. Este proceso condujo a la invención de la maquinaria a vapor, utilizada en las fábricas de los centros urbanos en constante expansión. La industria siderúrgica británica desempeñó un papel fundamental en la industrialización del país y contribuyó significativamente a su poder económico e influencia global.
En el período de entreguerras del siglo XX, las simpatías de los industriales siderúrgicos británicos se inclinaban indudablemente hacia el gobierno conservador. Impulsaron al gobierno hacia una política arancelaria proteccionista contra la competencia extranjera y apoyaron la Política de Ottawa, la creación de un área económica cerrada dentro del Imperio Británico. La adhesión de la industria siderúrgica británica a la Comunidad Internacional de Exportadores de Acero Crudo en 1935 subrayó la notable influencia que la industria siderúrgica británica ejerció sobre el gobierno.
Desarrollo de posguerra: de la nacionalización a las adquisiciones globales
Durante la Segunda Guerra Mundial, el Estado controló la producción de acero y continuó haciéndolo después. En 1967, el gobierno consolidó el 90% de la producción —14 empresas con 268.500 empleados— bajo el paraguas de British Steel. British Steel cerró pequeñas acerías obsoletas y concentró la producción en cinco ubicaciones. Esta reestructuración encontró una feroz resistencia. Los trabajadores resistieron en una huelga de 13 semanas en 1980, que finalmente no tuvo éxito. Margaret Thatcher, en el cargo desde 1979, se centró en la privatización.
A finales de la década de 1980, la empresa volvió a ser rentable y su plantilla se había reducido a menos de la mitad. En 1988, el gobierno de Thatcher privatizó British Steel. En 1999, British Steel y la empresa holandesa Hoogovens se fusionaron para formar Corus. Tres años y tres directores ejecutivos después, la empresa estaba al borde del colapso. Bajo el liderazgo de Philippe Varin, Corus se recuperó mediante nuevos recortes de personal. En febrero de 2007, se anunció la adquisición de Corus por parte del grupo indio Tata. En ese momento, Corus empleaba a 24.000 personas en cuatro ubicaciones en Gran Bretaña.
El Brexit como catalizador adicional de la crisis
El Brexit ha complicado aún más la situación de la industria siderúrgica británica. Incluso después del Brexit, Gran Bretaña sigue siendo una economía abierta con una fuerte dependencia del comercio exterior. En 2024, las exportaciones de bienes y servicios representaron alrededor de un tercio de su producto interior bruto. La UE, que representa el 48 % de todas las exportaciones británicas, es un mercado de ventas significativamente mayor que el de Estados Unidos, que representa el 16 %. Las esperanzas británicas de obtener un gran dividendo del Brexit al abandonar la Unión Europea no se han cumplido. El país no ha obtenido una flexibilidad financiera significativa ni ha logrado compensar, ni remotamente, las desventajas en materia de política comercial derivadas del Brexit mediante nuevos acuerdos comerciales con terceros países.
En 2021, el primer año en que las normas del mercado único fueron sustituidas por las disposiciones del Acuerdo de Comercio y Cooperación, se hicieron evidentes los efectos adversos sobre el intercambio de bienes entre ambas áreas económicas. Las importaciones británicas procedentes de la UE se vieron especialmente afectadas. El Protocolo de Irlanda del Norte solo ha cumplido parcialmente las expectativas depositadas en él. Los controles fronterizos en el Mar de Irlanda han generado tensiones políticas. Los efectos de la desviación comercial entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte también son evidentes.
Las consecuencias concretas: cómo los planes de la UE restringen el acceso al mercado
La propuesta de reducción del 47 % en las cuotas de importación de acero libre de impuestos significa que se puede importar una cantidad significativamente menor de acero a la UE sin incurrir en aranceles. Para las siderúrgicas británicas, esto podría restringir gravemente o incluso cortar por completo el acceso a su mercado de exportación más importante. Si los envíos de acero británico superan las nuevas cuotas, significativamente más bajas, se aplicaría un arancel del 50 %, lo que haría que los productos de acero británicos sean prácticamente no competitivos en el mercado europeo. Emily Sawicz, directora y analista industrial sénior de RSM UK, describió el anuncio de la UE como una amenaza significativa para la industria siderúrgica británica. La UE representa alrededor del 80 % de las exportaciones británicas de acero, por lo que estos aranceles corren el riesgo de cortar el acceso al mercado más grande y estratégicamente importante del Reino Unido, en un momento en que el sector ya se encuentra bajo una enorme presión por la competencia global y el aumento de los costos de la energía.
La medida propuesta sustituiría la medida de salvaguardia del acero, que expira en junio de 2026. Responde a las peticiones de los trabajadores, la industria, varios Estados miembros, diputados al Parlamento Europeo y las partes interesadas de la UE para brindar una protección sólida y duradera a la industria siderúrgica de la UE, preservar los empleos en la UE y apoyar al sector en sus esfuerzos de descarbonización. Sin embargo, para la industria siderúrgica del Reino Unido, esto supone una amenaza existencial para sus oportunidades de exportación.
Esperanza de excepciones y regulaciones especiales
La Comisión Europea ha anunciado que, debido a su estrecha integración en el mercado interior de la UE en virtud del Acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo, no se aplicarán contingentes arancelarios ni derechos de aduana a las exportaciones de Noruega, Islandia y Liechtenstein. Estos países forman parte del EEE y, por lo tanto, están sujetos a normas diferentes a las de terceros países. La Comisión también ha manifestado su disposición a eximir a Ucrania de aranceles, argumentando que los intereses de un país candidato que se enfrenta a una situación de seguridad urgente e inmediata deben tenerse en cuenta al asignar los contingentes, sin comprometer la eficacia de la medida.
Para el Reino Unido, que no forma parte del EEE ni tiene la condición de país candidato en una crisis de seguridad, actualmente no existe una exención clara. Sin embargo, el embajador de la UE en el Reino Unido, Pedro Serrano, declaró que se negociarán con países como el Reino Unido que tienen un acuerdo comercial con la UE para considerar una asignación específica por país del contingente libre de aranceles. Confirmó que ya se han establecido contactos oficiales entre Whitehall y Bruselas y que continuarán. El gobierno del Reino Unido espera que estas negociaciones conduzcan a una solución más favorable para la industria siderúrgica nacional.
La estrategia del gobierno: negociaciones y sus propios muros de protección
El gobierno del Reino Unido está intentando negociar a múltiples niveles para mitigar el impacto de los aranceles al acero tanto estadounidenses como europeos. El primer ministro Keir Starmer ha insistido repetidamente en que el Reino Unido está en conversaciones con la UE y EE. UU. sobre los aranceles al acero. Sin embargo, el gobierno evita revelar detalles públicos sobre sus demandas específicas o posiciones negociadoras. Esto podría indicar que las negociaciones se encuentran aún en una fase inicial o que el gobierno quiere evitar debilitar su posición negociadora al revelar demasiada información demasiado pronto.
El secretario de Comercio, Jonathan Reynolds, anunció en una carta a la Autoridad de Medidas Sanitarias Comerciales (TMA) su intención de rechazar las recomendaciones de la autoridad y tomar una decisión diferente, introduciendo límites más bajos a la importación de acero procedente de ciertos países. Estas medidas buscan garantizar la eficacia general de las salvaguardias del Reino Unido para los productores nacionales de acero, manteniendo al mismo tiempo la seguridad del suministro al mercado británico. En junio de 2025, el Reino Unido introdujo restricciones comerciales al acero más estrictas de lo previsto, limitando las importaciones de Vietnam, Corea del Sur y Argelia para proteger mejor el suministro nacional de las consecuencias de una guerra comercial global.
Resistencia de la UE: la industria automovilística europea da la voz de alarma
Los aranceles al acero previstos por la UE han generado controversia no solo en Gran Bretaña, sino también dentro de la propia UE. La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles ha advertido que estas medidas podrían poner en peligro la industria automotriz nacional. La asociación destacó que los fabricantes europeos de automóviles se abastecen aproximadamente el 90 % de su acero directamente de la UE y están especialmente preocupados por el impacto inflacionario que estas restricciones tendrán en los precios del mercado europeo. La reducción significativa de los contingentes y la duplicación del arancel fuera de contingente al 50 % limitarían gravemente la capacidad de paliar la escasez del mercado mediante importaciones.
La directora general de la ACEA, Sigrid de Vries, reconoció la necesidad de cierto grado de protección para el sector siderúrgico, pero afirmó que los parámetros propuestos por la Comisión eran demasiado amplios y aislarían excesivamente al mercado europeo. Abogó por un mayor equilibrio entre las necesidades de los productores y consumidores europeos de acero en este sector. Las nuevas normas de origen, basadas en el principio de fundición, restringirían las importaciones e impondrían una importante carga administrativa a los consumidores europeos de productos siderúrgicos importados.
El desafío de la descarbonización y el ajuste de las fronteras del carbono
La industria siderúrgica mundial se encuentra bajo una enorme presión para reducir sus emisiones de CO2 y alcanzar la neutralidad climática para 2050. La Unión Europea se ha fijado objetivos ambiciosos con su Pacto Verde Europeo y el paquete «Fit for 55». Como parte de estos esfuerzos, se introdujo el Mecanismo de Ajuste en Frontera de las Emisiones de Carbono (CBAM). Desde octubre de 2023, está vigente un período transitorio con obligaciones de presentación de informes. A partir del 1 de enero de 2026, el CBAM se aplicará a los importadores de determinados bienes con altas emisiones a la UE. Estos incluyen principalmente productos de los sectores del hierro y el acero, el aluminio, el cemento, la electricidad, los fertilizantes, el amoníaco, el hidrógeno y el mineral de hierro.
El CBAM busca crear igualdad de condiciones para los fabricantes nacionales y extranjeros, aumentar la eficacia del precio del carbono y promover la producción respetuosa con el medio ambiente a nivel mundial. Para la industria siderúrgica, esto implica costes y cargas administrativas adicionales, en particular para las importaciones procedentes de países con estándares ambientales más bajos. La industria siderúrgica británica, que ya enfrenta altos costes energéticos y de transformación, se enfrenta a una mayor presión del CBAM al tiempo que intenta descarbonizar su propia producción.
El impacto económico: decenas de miles de empleos en riesgo
A pesar de su declive, la industria siderúrgica del Reino Unido sigue siendo una fuente importante de empleo. El sector siderúrgico emplea directamente a 33.700 personas, y otros 42.000 empleos dependen de la cadena de suministro en general. Los salarios en la industria siderúrgica son, de media, un 26 % superiores a la media nacional y un 35 % superiores a la media regional en Gales, Yorkshire y Humberside, donde se concentra la mayoría de los empleos en el sector. En 2023, la industria siderúrgica del Reino Unido aportó 1.800 millones de libras directamente a la economía británica, otros 2.400 millones a través de las cadenas de suministro y 3.400 millones a la balanza comercial del Reino Unido.
El sindicato comunitario estima que alrededor de 80.000 empleos dependen directa o indirectamente de la industria siderúrgica, considerando toda la cadena de valor. Dado que alrededor del 80 % de las exportaciones de acero británicas se destinan a Europa, las medidas previstas por la UE representan una amenaza fundamental para la industria, así como para los miles de empleos y comunidades que sustenta en todo el país. La pérdida de estos empleos afectaría especialmente a las regiones que ya sufren los efectos de una grave desindustrialización.
La búsqueda de soluciones y exigencias a la política
La industria siderúrgica británica se enfrenta a la difícil tarea de encontrar mercados alternativos y aumentar su competitividad. UK Steel insta al gobierno a tomar medidas integrales para mejorar la competitividad de la industria. Estas incluyen, en particular, los precios de electricidad industrial más bajos de Europa, la competitividad de la chatarra de acero y su reciclabilidad, una colaboración entre el gobierno y la industria, y la inversión en innovación. UK Steel propone la introducción de un mecanismo bidireccional de Contratos por Diferencia (CFD) para la electricidad al por mayor, que equipararía los precios de la electricidad industrial del Reino Unido con los de Francia y Alemania.
La organización también exige que el aumento de la compensación de la tarifa de red al 90 % se aplique retroactivamente a partir de abril de 2025 para evitar otro año de costes excesivos para los productores británicos. Con estas medidas, el gobierno podría finalmente abordar la desigualdad en los precios de la electricidad industrial. Gareth Stace enfatizó que el precio es enorme. Al asegurar precios de electricidad competitivos, el Reino Unido puede construir una industria siderúrgica moderna y baja en carbono que apoye la energía limpia, la infraestructura y la fabricación durante las próximas décadas.
Operaciones de rescate desiguales: el caso de Scunthorpe y Port Talbot
Si bien los altos hornos de Port Talbot ya han sido cerrados, la acería de Scunthorpe, propiedad de la empresa china Jingye y que opera bajo el nombre de British Steel, se encuentra en una situación igualmente precaria. En abril de 2025, el gobierno británico tomó medidas extraordinarias para salvar la planta. El Parlamento se reunió en una inusual sesión sabatina para aprobar una legislación de emergencia que permitiera al gobierno tomar el control de la acería en Inglaterra. Esta fue la primera sesión parlamentaria de este tipo desde 1982. El primer ministro Starmer declaró que el futuro de British Steel pendía de un hilo, con la seguridad económica y nacional en juego.
El diferente trato a Port Talbot y Scunthorpe causó controversia. Políticos galeses acusaron al gobierno británico de aplicar una doble moral. Liz Saville-Roberts, líder del Plaid Cymru en Westminster, señaló que Scunthorpe estaba recibiendo garantías, mientras que Port Talbot solo había recibido una señal. Criticó la decisión del gobierno de no intervenir en Gales y describió el día como una profunda decepción para Port Talbot. Sin embargo, el gobierno argumentó que las circunstancias de las dos acerías eran diferentes y que Port Talbot se encontraba en una posición más ventajosa gracias al gobierno laborista.
Perspectivas futuras inciertas para un antiguo gigante industrial
Las perspectivas a largo plazo de la industria siderúrgica británica siguen siendo extremadamente inciertas. Sin negociaciones exitosas con la UE sobre cuotas específicas para cada país o exenciones a los aranceles previstos del 50 %, la industria podría enfrentarse a un colapso existencial. Tras la transición completa a hornos de arco eléctrico y la eliminación de la producción primaria de acero, el Reino Unido sería el único país del G20 incapaz de producir acero primario a partir de mineral de hierro y carbón. Esto debilitaría significativamente la autonomía estratégica y la base industrial del país.
La otrora poderosa industria siderúrgica británica se ha contraído drásticamente desde su apogeo en la década de 1970 y ahora representa tan solo el 0,1 % de la economía. Este es otro duro golpe para la cuna de la revolución industrial, que en su día alcanzó renombre mundial. La industria se enfrenta a la titánica tarea de consolidarse en un entorno global cada vez más proteccionista, al tiempo que gestiona el suministro energético más caro de los países del G7 e invierte en una costosa descarbonización. La capacidad de la industria siderúrgica británica para superar estos diversos desafíos dependerá en gran medida de la capacidad del gobierno para crear el marco necesario y llevar a cabo negociaciones internacionales exitosas.
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