Publicado el 25 de junio de 2025 / Actualización de: 25 de junio de 2025 - Autor: Konrad Wolfenstein
El declive silencioso de la industria automotriz china - la paradoja del crecimiento - Imagen: xpert.digital
La industria automotriz de China: la crisis acecha detrás de los éxitos
Problemas estructurales sacudir la industria automotriz de China a pesar de las impresionantes cifras de ventas
La industria automotriz china está experimentando un cambio sin precedentes que hace que la historia de éxito aparentemente imparable de los últimos años aparezca en una luz completamente nueva. Si bien las cifras de ventas siguen siendo impresionantes, hay una industria detrás de esto que está plagada de problemas estructurales fundamentales y cuyo futuro es extremadamente incierto.
La paradoja del crecimiento
China se ha convertido en el mercado automotriz más grande del mundo en los últimos años y al mismo tiempo reemplazó a Japón como el mayor exportador automotriz del mundo. Los números hablan un lenguaje claro: en 2024 se produjeron y vendieron más de 31 millones de vehículos en China, con vehículos eléctricos que lograron una participación de más del 40 por ciento. El dominio de las marcas chinas que han aumentado su participación en el mercado en el mercado interno a más del 65 por ciento parece particularmente impresionante.
Pero detrás de estos números imponentes hay una realidad diferente. La rápida expansión de la industria automotriz china fue impulsada por subsidios estatales, ambiciones regionales y voluntad política de desempeñar un papel principal en la electromobililidad. Cada provincia quería tener su propia marca eléctrica, y grandes grupos de tecnología como Xiaomi y Huawei entraron en el mercado. El resultado fue un aumento explosivo en el número de fabricantes: actualmente hay alrededor de 100-150 marcas activas de automóviles chinos, con un total de alrededor de 300 marcas registradas.
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La crisis de la sobrecapacidad
El corazón de los problemas actuales radica en la sobrecapacidad masiva de la industria automotriz china. La capacidad de producción del país es de alrededor de 50 millones de vehículos anuales, mientras que la demanda interna es de solo alrededor de 30 millones. Esta sobrecapacidad de 20 millones de vehículos corresponde a más de toda la producción anual de automóviles en Europa.
La utilización de las fábricas es solo del 49.5 por ciento, y hay 3.5 millones de automóviles fallidos en existencia. Esta situación obliga a los fabricantes a reducir drásticamente sus precios para poder utilizar los ligamentos, un círculo vicioso que pone a toda la industria bajo una enorme presión.
La brutal guerra de precios
La guerra de precios en la industria automotriz china alcanzó una nueva dimensión en mayo de 2025, como BYD, el líder del mercado de vehículos eléctricos, que bajó los precios de 22 modelos hasta en un 34 por ciento. La pequeña gaviota hatchback ahora está disponible por el equivalente de solo 6.700 euros, mientras que el híbrido de motor dual del sello se ofrece con un descuento de precio del 34 por ciento.
Este Aknitutive desencadenó una reacción en cadena en la que otros fabricantes como Geely, Chery y Changan tuvieron que moverse. Las consecuencias fueron dramáticas: BYD perdió más de $ 20 mil millones en valor de mercado de valores en solo dos semanas, y el rendimiento promedio en la industria cayó del 4.3 por ciento en 2024 a 3.9 por ciento en el primer trimestre de 2025.
Lo especial de esta guerra de precios es que alcanza los segmentos de precios más bajos en los que los márgenes de ganancias son mínimos de todos modos. La preocupación es el crecimiento de que incluso las marcas que se pueden tomar en serio podrían colapsar bajo esta presión porque muchas compañías han financiado su aumento a través de los préstamos.
El problema de la deuda oculta
Otro problema grave es el financiamiento no transparente de muchos fabricantes de automóviles chinos. El ejemplo de BYD muestra cuán compleja es la situación de la deuda real. Según un análisis de GMT Research, la verdadera deuda de BYD es de alrededor de 44 mil millones de euros, mientras que solo 3.300 millones de euros se muestran oficialmente. Esta diferencia se crea debido a los pagos retrasados a los proveedores y otros métodos de financiación creativa.
BYD necesitaba un promedio de 275 días para pagar a sus proveedores. Los fabricantes de automóviles chinos pagan a sus proveedores en promedio después de 182 días, mientras que los fabricantes occidentales generalmente pagan después de uno a uno y medio meses. Esta práctica en realidad transforma a los proveedores en bancos y velo la verdadera deuda de los fabricantes de automóviles.
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Cifras de ventas manipuladas
Un aspecto particularmente problemático de la crisis es la manipulación sistemática de las ventas por los llamados "autos usados de kilómetro cero". Los fabricantes venden autos nuevos a empresas financieras o distribuidores para lograr sus objetivos de ventas. Estos autos luego aterrizan en el mercado como un "automóvil usado" con cero kilómetros y descuentos de hasta el 40 por ciento.
El Ministerio de Comercio de China ordenó a los gerentes de BYD, Dongfeng y otros fabricantes debido a la supuesta manipulación de cifras de ventas a través de canales de automóviles usados. En plataformas como Weibo, videos de autos nuevos y polvorientos que se extienden en enormes espacios de estacionamiento, aprobados oficialmente, pero nunca conducidos.
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Comienza la bancarrota
Las primeras víctimas de la crisis ya son visibles. El fabricante de automóviles eléctricos de lujo Hiphi tuvo que registrarse en bancarrota después de que la compañía no haya podido pagar sus facturas desde abril de 2024. La situación era similar a otras compañías como Hozon, que tenía grandes planes para 2024 con su marca Neta, pero permaneció muy por detrás de las expectativas.
Incluso las startups establecidas como NIO, Xpeng y Li Auto están bajo una enorme presión. A pesar de un récord trimestral, NIO informó una pérdida neta creciente de $ 700 millones. Un analista automotriz chino predice que la probabilidad de supervivencia para NIO, Xpeng y Li Auto, sobrevivir de forma independiente en los próximos tres años, es cero.
El desafío de los efectos de la escala
Un problema fundamental de muchos fabricantes de automóviles chinos es su tamaño demasiado pequeño. Los expertos están de acuerdo en que los fabricantes de automóviles eléctricos, que venden menos de dos millones de vehículos al año, no sobrevivirán porque los efectos de la escala son demasiado pequeños y los costos de investigación y desarrollo son demasiado altos. De las 300 nuevas bases originales en el área del automóvil eléctrico, solo 100 sobrevivieron, y hoy hay menos de 50 compañías, de las cuales solo 40 realmente venden automóviles cada año.
Efectos en la industria del suministro
La crisis también captura la industria de proveedores, que sufre los pagos retrasados de los fabricantes de automóviles. El gobierno chino ha respondido y ha cometido a 17 grandes fabricantes de automóviles, incluidos BYD, Geely y Chery, para limitar sus períodos de pago a 60 días. Esta medida muestra cuán grave se ha vuelto la situación y que incluso el gobierno ve una necesidad de acción.
Intentos de consolidación fallidos
El gobierno chino ha reconocido que la consolidación de la industria se necesita con urgencia. Sin embargo, un intento de fusionar los dos fabricantes de automóviles estatales Channing y Dongfeng fallaron espectacularmente. La fusión planificada habría producido la compañía automovilística más grande de China, pero fue cancelada debido a la resistencia en la compañía y complejos problemas legales con socios internacionales de empresas conjuntas.
El papel del mercado internacional
En vista de la sobrecapacidad local, los fabricantes de automóviles chinos dependen cada vez más de las exportaciones. En 2024, China exportó 5,86 millones de vehículos, un aumento del 19.3 por ciento. Pero aquí, también, se encuentran con resistencia: la UE ha introducido aranceles de hasta un 45 por ciento a los autos eléctricos chinos, y Estados Unidos ha sellado por completo el mercado.
El gobierno chino reaccionó a estas restricciones comerciales pidiendo a sus fabricantes de automóviles que reduzcan la expansión en Europa y que no busquen nuevas ubicaciones de producción. Esta medida muestra cuán limitadas se han vuelto las opciones para los fabricantes de automóviles chinos.
Fabricante alemán como perdedor
Irónicamente, los fabricantes de automóviles alemanes también se ven afectados por la crisis en China, aunque no son directamente parte de la industria china. Su participación de mercado para vehículos eléctricos en China en 2024 cayó a solo el cinco por ciento. Volkswagen, BMW y Mercedes registraron parcialmente robos drásticos, y Porsche fue golpeado particularmente duro con una disminución de las aprobaciones en más del 50 por ciento.
Los pronósticos futuros
Las perspectivas para la industria automotriz china son oscuras. Los expertos predicen que de las más de 100 marcas de automóviles chinas activas solo sobrevivirán a unas siete grandes compañías automotrices. BYD probablemente existirá como un campeón integrado y respaldado por el estado, pero para muchos otros fabricantes ahora se mostrará si tienen más que mostrar que los vehículos registrados pero no utilizados.
La situación recuerda a muchos observadores la bancarrota del Grupo de Bienes Raíces Evergranden, que dejó ruinas de construcción y millones de unidades residenciales deshabitadas. Los paralelos son obvios: ambiciones de crecimiento exageradas, subsidios estatales, balances hinchados y al final una crisis sistémica.
Lecciones aprendidas para la industria automotriz global
La crisis de la industria automotriz china ofrece lecciones importantes para la industria automotriz global. Muestra que los mercados de crecimiento aparentemente imparables también tienen sus límites y que los subsidios estatales y las ambiciones políticas por sí solas no son suficientes para crear modelos de negocios sostenibles.
La transformación a la electromobililidad no solo requiere innovación tecnológica, sino también financiamiento sólido, modelos comerciales realistas y la capacidad de sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo. La experiencia china muestra que la electromobilidad es el futuro de la industria automotriz, pero que la forma en que está asociada con riesgos considerables.
Los próximos años mostrarán qué fabricantes de automóviles chinos sobreviven a la crisis y qué no pueden resistir la presión. Para los sobrevivientes, la consolidación podría tener efectos positivos porque podría conducir a una estructura de mercado más saludable y modelos comerciales más sostenibles. Sin embargo, para muchos otros, solo hay esperanza de hacerse cargo de competidores más fuertes o medidas de rescate estatales.
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