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China, EE.UU., Europa y compañía - Los países industrializados están impulsando la expansión de las energías renovables en todo el mundo de maneras muy diferentes - Imagen: Xpert.Digital
Transición energética en comparación global: por qué algunos países están avanzando en la expansión de las energías renovables: un análisis de antecedentes
Energías renovables a nivel mundial: una mirada integral a éxitos, estrategias y desafíos
La proporción de energías renovables en el mix mundial de energía y electricidad ha aumentado continuamente durante años y se ha convertido en una cuestión clave para muchos países con el fin de contener el cambio climático, reducir la dependencia de los combustibles fósiles y asegurar un suministro energético estable a largo plazo. Este completo tratado examina en detalle los desarrollos, estrategias y objetivos de varios países con respecto a la expansión de las energías renovables. La atención se centra en China, EE.UU., Japón y Europa, incluida una consideración específica de países europeos individuales como Alemania, Francia, España e Italia. Además, se explican en detalle los factores centrales que son responsables de las fuertes diferencias en la proporción de energías renovables y se ofrecen perspectivas sobre las perspectivas futuras. Este texto pretende no sólo rastrear los desarrollos actuales, sino también mostrar qué desafíos y oportunidades están asociados con la expansión de las energías renovables.
El presente análisis se basa en hechos y tendencias generalmente aceptados, sin hacer referencia a fuentes específicas ni a notas a pie de página. El objetivo es proporcionar una presentación coherente y fácil de entender que al mismo tiempo genere conciencia sobre la complejidad de la transición global hacia las energías renovables. No es sólo el sector eléctrico el que juega un papel. También se tienen en cuenta aspectos de los sectores de la calefacción y el transporte, los avances tecnológicos en áreas como el hidrógeno verde y las tecnologías de almacenamiento, así como las condiciones políticas, económicas y sociales.
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Conceptos básicos y metodología.
Un debate significativo sobre el tema de las energías renovables suele comenzar con una recopilación exhaustiva de datos y una comparación de cifras clave específicas de cada país o región. A menudo se examina el porcentaje de las energías renovables en el mix energético o eléctrico general para poder cuantificar el progreso de cada país. Es importante diferenciar entre diferentes aspectos: la generación bruta de electricidad, el consumo bruto de electricidad y el consumo total de energía (es decir, no sólo electricidad, sino también calor y combustible) pueden tener diferentes proporciones. Además, puede ser que los países que obtienen una alta proporción de su combinación eléctrica a partir de fuentes renovables sean aún más dependientes de las energías fósiles en los sectores del transporte o la calefacción.
En países específicos donde la energía hidroeléctrica tradicionalmente desempeña un papel importante, la proporción de energías renovables en la combinación eléctrica puede ser superior al promedio. Los países con energía nuclear altamente desarrollada pueden, a su vez, tener un balance general de CO₂ más bajo en el sector eléctrico, pero también tener menos incentivos para expandir masivamente la energía eólica o solar mientras haya un gran número de plantas de energía nuclear en funcionamiento. También influye si un estado está geográficamente favorecido, como en regiones con mucha radiación solar o vientos fuertes y constantes. “Estamos en un punto de inflexión donde convergen los intereses geopolíticos, la protección del clima y el desarrollo económico”, dicen informes políticos que enfatizan la rápida transformación de la industria energética.
Esta revisión detallada resume los hallazgos más importantes sobre la comparación global de energías renovables. A esto le siguen ideas específicas de cada país que muestran dónde se encuentran los que marcan tendencias y los rezagados en la carrera global por un futuro de energía limpia.
China y su papel como pionero
En los últimos años, China se ha convertido en líder mundial en la expansión de las energías renovables. Esto se debe, entre otras cosas, a la enorme demanda de energía debido al fuerte crecimiento económico y la industrialización del país. “China invierte en tecnologías verdes como ningún otro país”, es lo que les gusta decir a los funcionarios del gobierno chino cuando resumen los programas nacionales de inversión en energía eólica y solar. La expansión se está produciendo con una rapidez impresionante y a una escala sin parangón en ningún otro lugar del mundo.
La energía eólica y la solar en particular están en el centro de la estrategia de China. China tiene ahora la mayor capacidad instalada para ambas tecnologías y también está expandiendo masivamente las capacidades hidroeléctricas. El trasfondo es el esfuerzo por reducir el consumo de carbón, que ha contribuido a la contaminación del aire en grandes ciudades como Beijing, Shanghai y Guangzhou en las últimas décadas. Aunque la extracción y combustión de combustibles fósiles todavía constituye una gran parte del suministro energético de China, la proporción de energía renovable en la generación de electricidad del país ha seguido aumentando.
Además de la generación eléctrica, el país se ha fijado objetivos ambiciosos para avanzar en las energías renovables en otros sectores. Se están planificando proyectos para integrar el hidrógeno verde con el fin de descarbonizar los procesos industriales y, en el futuro, incluso partes del sector del transporte. Al mismo tiempo, China está ampliando su capacidad de producción de células solares y turbinas eólicas hasta tal punto que no sólo puede cubrir sus propias necesidades, sino también asumir una posición dominante en el comercio mundial. El gobierno está siguiendo un rumbo claro: "Nuestro objetivo es hacer de China el centro mundial de innovaciones respetuosas con el clima. Esta declaración oficial muestra el doble beneficio para China: sus propias emisiones deberían reducirse y oportunidades económicas en el mercado en crecimiento internacional". Se utilizan energías renovables.
¿Estados Unidos en camino de convertirse en una nación de energía verde?
Los Estados Unidos de América son históricamente una de las principales naciones industriales cuya producción de energía ha dependido durante mucho tiempo en gran medida del petróleo, el gas natural y el carbón. Sin embargo, en los últimos años se ha producido un cambio estructural notable: estados individuales como California, Texas, Iowa y Nueva York están haciendo esfuerzos específicos para expandir la energía eólica y solar y han promulgado algunas leyes regulatorias ambiciosas. Los combustibles fósiles todavía desempeñan un papel importante en la combinación eléctrica del país, pero la proporción de fuentes renovables ha aumentado constantemente. El paisaje en algunas regiones está cambiando visiblemente, por ejemplo, debido a los grandes parques eólicos en Texas o a los cada vez más numerosos sistemas solares en las zonas desérticas de California y en los tejados de las ciudades.
Sin embargo, con el nuevo presidente de Estados Unidos, no está claro si esta tendencia continuará sin cesar. Los observadores señalan que un cambio de estrategia en la Casa Blanca podría ralentizar o incluso detener los avances realizados hasta ahora en el ámbito de las energías renovables. La intención anteriormente declarada era promover la investigación y el desarrollo para modernizar el sector energético y adaptar la red eléctrica, altamente fragmentada y obsoleta, a energías renovables variables. Pero la futura política gubernamental podría centrarse más en fuentes de energía conservadoras y en intereses económicos inmediatos y, por tanto, frenar nuevos proyectos en lugar de impulsarlos.
El almacenamiento de energía es un aspecto importante de la transformación: deben compensar las fluctuaciones en el rendimiento eólico y solar y así estabilizar la red. Además, el hidrógeno se está convirtiendo cada vez más en una tecnología clave. El “hidrógeno verde” representa una forma de hacer que la electricidad libre de emisiones sea utilizable en sectores que anteriormente dependían en gran medida de los combustibles fósiles y así reducir las emisiones de CO₂. Sin embargo, aún está por verse hasta qué punto se podrá explotar este potencial bajo el nuevo liderazgo de la Casa Blanca.
Es probable que muchos municipios, estados y empresas sigan por este camino, precisamente porque esperan ventajas competitivas a largo plazo a través de las energías renovables. Sin embargo, es cuestionable si todos los programas federales estarán disponibles en la misma medida en el futuro y si los incentivos fiscales o la financiación seguirán apoyando la transformación a gran escala. A pesar de todos los avances logrados hasta ahora, parece que la evolución del mercado energético estadounidense se está poniendo a prueba nuevamente.
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Japón: entre las energías renovables y la energía nuclear
Japón se vio obligado a realizar cambios fundamentales en su política energética después del desastre nuclear de Fukushima en 2011. El escepticismo público sobre la energía nuclear creció considerablemente, al mismo tiempo que se examinaba y en algunos lugares se examinaba la seguridad de los reactores existentes y se paraban. “El desastre de Fukushima aumentó nuestra conciencia sobre las energías alternativas”, fue un principio rector expresado con frecuencia en los años siguientes. En la práctica, el país ha visto ahora un impulso significativo en los proyectos de energía solar y eólica, respaldados por programas de apoyo gubernamentales.
Sin embargo, no ha habido una eliminación completa de la energía nuclear. En cambio, Japón está tratando de lograr una combinación energética más equilibrada. Se ampliará significativamente la energía renovable, mientras que una cierta proporción de las centrales nucleares permanecerán en funcionamiento para reducir las preocupaciones sobre la escasez de energía y la posible dependencia de las importaciones. Los avances tecnológicos en energía solar son significativos en Japón, ya que el país tiene una industria altamente desarrollada que produce y desarrolla continuamente sistemas fotovoltaicos de alto rendimiento. Al mismo tiempo, se aplica el lema: “Cada kilovatio de eficiencia energética nos ahorra combustibles fósiles y emisiones. Por eso, además de la expansión de las energías renovables, el gobierno japonés también está presionando para que se establezcan parámetros de referencia estrictos para la eficiencia energética en la industria y el comercio”. .
La complejidad de la política energética japonesa se refleja en el hecho de que se están realizando esfuerzos paralelos para gestionar la integración de las energías renovables en una extensa red insular. A diferencia de los países grandes y contiguos, Japón tiene numerosas redes eléctricas individuales, algunas de las cuales tienen estructuras históricas diferentes. Por lo tanto, nuevos conceptos para la estabilidad de la red, el almacenamiento de energía y la gestión de carga son fundamentales para integrar de forma segura una alta proporción de energía solar y eólica.
Europa: Un continente en la transición energética
Durante muchos años, Europa ha desempeñado un papel pionero en lo que respecta a la expansión de las energías renovables y la implementación de objetivos climáticos vinculantes. La Unión Europea ha formulado el objetivo político de aumentar gradualmente la proporción de energía renovable y está promoviendo estrategias, estándares y mecanismos de apoyo comunes para sus países miembros. “Queremos ser pioneros en el clima y crear las condiciones marco para ser climáticamente neutrales para 2050”, es un objetivo que se escucha a menudo en los documentos de la UE.
Sin embargo, las diferencias dentro de Europa son considerables. Algunos estados dependen en gran medida de la energía hidroeléctrica, otros de la eólica o la solar. El papel de la energía nuclear también varía: Francia, por ejemplo, genera gran parte de su electricidad a partir de energía nuclear, mientras que países como Alemania están empezando a alejarse gradualmente de esta tecnología. La proporción media continental de energías renovables aumenta constantemente, pero todavía está muy lejos de sustituir todos los combustibles fósiles. Además, todavía queda un largo camino por recorrer para lograr una infraestructura de calefacción y movilidad en gran medida descarbonizada.
La UE trabaja constantemente en nuevas directrices, por ejemplo para acelerar los procesos de aprobación de parques solares y eólicos y establecer objetivos de expansión específicos para los estados miembros. Los pilares fundamentales son el comercio de emisiones y el precio del CO₂, que encarecen los combustibles fósiles y, por tanto, ayudan a que las energías renovables sean más competitivas.
Alemania: pionera e impulsora de la innovación
Alemania es a menudo el ejemplo más conocido de una transición energética integral en Europa. Desde la introducción de la Ley de Energías Renovables, la energía eólica, la energía solar y la biomasa se han ampliado enormemente. “La EEG desencadenó una revolución en el sector energético”, fue una narrativa común en los debates políticos de las décadas de 2000 y 2010. Al mismo tiempo, Alemania aumentó repetidamente sus objetivos de expansión y no se dejó disuadir por los reveses y debates sobre los costos de financiación. La expansión en Alemania ha favorecido un alto ritmo de innovación: nunca antes había habido tanta actividad de ingeniería e investigación en el campo de las tecnologías de energías renovables como desde el comienzo de la transición energética.
Una proporción considerable del mix eléctrico alemán proviene ahora de fuentes renovables. Cada vez más instalaciones fotovoltaicas decoran tejados de casas, campos o incluso antiguas zonas industriales. Los parques eólicos terrestres y marinos generan grandes cantidades de electricidad limpia, especialmente en el norte y el este del país. Sin embargo, la cuestión de la infraestructura de la red sigue siendo importante: dado que el viento sopla con especial fuerza en las zonas costeras, mientras que la mayor demanda de electricidad se produce en las regiones industriales del sur, es necesario reforzar la red hacia el sur.
Cada vez más se presta atención a las nuevas tecnologías y sectores: "Necesitamos una expansión masiva en los sectores del transporte y la calefacción, de lo contrario no alcanzaremos los objetivos climáticos", dicen algunas organizaciones ambientalistas alemanas. Además, se valora muy positivamente el papel del hidrógeno verde como medio de almacenamiento y transporte. El proyecto para producir hidrógeno mediante procesos de electrólisis utilizando electricidad verde y distribuirlo a través de gasoductos o mezclas a la red de gas natural podría garantizar importantes reducciones de emisiones en la industria, los barcos, el transporte pesado y otros ámbitos a medio plazo.
Francia: energía nuclear versus energías renovables
Francia se caracteriza tradicionalmente por un fuerte anclaje de la energía nuclear en la combinación energética. La mayoría de las centrales nucleares del país se construyeron en las décadas de 1970 y 1980 para fortalecer la independencia energética nacional. Hoy, Francia se esfuerza por no abandonar completamente este camino, sino por integrar más energías renovables. "Creemos que la energía nuclear y la energía renovable van de la mano", según resúmenes de las autoridades energéticas francesas.
La proporción de energías renovables en el mix eléctrico francés ha aumentado en los últimos años, y la energía hidroeléctrica representa una parte importante gracias a las condiciones geográficas. La energía solar y eólica también han adquirido mayor importancia. Al mismo tiempo, se están preparando amplios programas para promover la renovación energéticamente eficiente de los edificios, de modo que disminuyan las necesidades de calor y se reduzcan los combustibles fósiles. Francia quiere promover consecuentemente la expansión de las energías renovables de aquí a 2030, aunque la energía nuclear seguirá siendo siempre la base estabilizadora.
Una de las razones de esta estrategia es la favorable huella de carbono de la energía nuclear, aunque existe un debate sobre si los riesgos y costos de la operación a largo plazo de reactores envejecidos son apropiados. Desde el punto de vista político, debido a la larga historia de la energía nuclear en Francia, el apoyo social a esta cuestión es mucho mayor que en Alemania o Austria, por ejemplo. Sin embargo, el gobierno francés está trabajando en la construcción de grandes parques eólicos y solares y en la reducción de los obstáculos burocráticos durante la expansión.
España: Sol, viento y objetivos ambiciosos
España es uno de los países pioneros en Europa en materia de energía solar, lo que se debe principalmente a sus excelentes condiciones climáticas. “Tenemos uno de los mayores potenciales solares de Europa y queremos aprovecharlo al máximo”, subrayan las autoridades energéticas españolas. Al mismo tiempo, en los últimos años se han construido grandes parques eólicos, especialmente en regiones con fuertes vientos. Como resultado, España tiene una alta proporción de energías renovables en la generación eléctrica en comparación con otros países europeos.
Además de la producción de electricidad, el país presta cada vez más atención al sector de la calefacción. Allí se utilizan cada vez más bombas de calor y sistemas solares térmicos, especialmente para el suministro de agua caliente y calefacción en edificios residenciales. En el sector del transporte, los planes para los próximos años incluyen importantes inversiones en electromovilidad, infraestructuras ferroviarias y de autobuses. Más allá de este acoplamiento sectorial, España está llevando a cabo planes estratégicos de eficiencia energética para reducir el consumo total de energía per cápita.
En sus planes de acción, el gobierno español a menudo enfatiza la importancia de una transformación socialmente aceptable: "La transición energética no debe dejar a nadie atrás, por lo tanto, cuando se expanden las energías renovables, se presta atención a proporcionar estímulo económico en las regiones estructuralmente débiles, creando empleo en ellas". fabricación y ensamblaje, y construcción de cadenas de valor regionales.
Italia: diversas formas de energía renovable
Italia depende desde hace años de la energía hidroeléctrica y tiene varias centrales eléctricas en el norte alpino y otras regiones montañosas que cubren parte del suministro eléctrico nacional. La energía eólica y solar también desempeñan un papel cada vez más importante: en el soleado sur y en las islas se utilizan cada vez más sistemas solares, mientras que en las montañas y en la costa se utilizan turbinas eólicas. "Nuestro país tiene un potencial extraordinario en todas las formas de energía renovable", subrayan periódicamente los políticos energéticos italianos.
Además de estas formas conocidas, Italia tiene focos adicionales como la energía geotérmica. En algunas zonas del país, particularmente en Toscana, el calor subterráneo de zonas volcánicamente activas se utiliza para generar electricidad y utilizar calor. También se encuentran los primeros proyectos que prueban la energía mareomotriz o undimotriz frente a las costas de Italia. Italia también está invirtiendo en programas de renovación de edificios energéticamente eficientes y ofreciendo incentivos para que los hogares privados inviertan en paneles solares, bombas de calor u otros sistemas eficientes. Esto crea una cartera diversa de formas de energía renovables cuyo objetivo es reducir el consumo de fósiles y aumentar la seguridad energética a largo plazo.
Factores que explican las diferencias entre países.
Las diferencias mencionadas anteriormente en la proporción de energías renovables y en la velocidad de su expansión pueden atribuirse a diversas variables. Un factor central son las condiciones geográficas. Los países con vientos fuertes y confiables, abundante radiación solar o un gran potencial hidroeléctrico se benefician naturalmente de costos más bajos y una implementación de proyectos más fácil. Otros factores son de naturaleza política: los gobiernos que definen modelos de financiación ambiciosos, tarifas de alimentación o requisitos estrictos para las energías fósiles están creando un entorno en el que las fuentes renovables pueden crecer con más fuerza.
Las condiciones económicas también son importantes: si los países pueden construir una fuerte economía exportadora en torno a tecnologías renovables -por ejemplo, mediante la producción de turbinas eólicas, módulos solares o almacenamiento de baterías- surge un motor adicional para la expansión. “El mercado de tecnologías verdes está creciendo rápidamente y queremos consolidar nuestro papel en él”, suele decirse en los países que intentan posicionarse como nuevas naciones industriales para una energía más limpia. Tampoco se debe subestimar la aceptación social. Ya sea que haya protestas contra las turbinas eólicas en tierra o los sistemas solares en grandes áreas agrícolas, el progreso en determinadas regiones puede retrasarse significativamente.
Las innovaciones tecnológicas también desempeñan un papel importante: constantemente se desarrollan baterías, plantas de almacenamiento por bombeo, electrolizadores de hidrógeno y otras formas de almacenamiento, lo que hace que el uso de las energías renovables sea más flexible. Además, los sectores del transporte y la calefacción en muchos países todavía dependen de combustibles fósiles. Sólo cuando la electricidad procedente de fuentes renovables sea utilizable para estos sectores la transición energética podrá ser plenamente exitosa. "Tenemos que vincular todos los sectores para que la transición energética pase de medidas individuales a una red de soluciones inteligentes", es un llamamiento frecuente de los expertos que exigen un enfoque integrado.
Metas nacionales y regionales
Muchos países formulan objetivos oficiales de expansión de las energías renovables, que se actualizan continuamente con el tiempo. China, por ejemplo, quiere aumentar constantemente la proporción de energías renovables en su combinación eléctrica y reemplazar una gran parte de su capacidad de combustibles fósiles para mediados de siglo. Estados Unidos tiene aspiraciones similares y depende en gran medida de estímulos que hagan más atractiva la transición verde en forma de beneficios fiscales y subsidios. Japón se está centrando en un equilibrio entre la expansión de las energías renovables y un número continuo pero menor de centrales nucleares para garantizar la seguridad del suministro.
En Europa, los estados miembros se han comprometido a lograr una proporción significativamente mayor de energía renovable para 2030 como parte de la estrategia climática de la UE. Algunos países, como Austria o Dinamarca, son tan ambiciosos en sus políticas nacionales que a veces se dirigen hacia una participación de casi el 100 por ciento en el sector eléctrico. Alemania ha definido varios pasos intermedios para alcanzar objetivos de expansión cada vez mayores, mientras que Francia se centra en una combinación de energías renovables y energía nuclear moderna. España e Italia vinculan estrechamente sus planes de expansión a cuestiones de eficiencia energética para reducir el consumo de energía y promover el paso a la movilidad eléctrica.
Todos estos objetivos están estrechamente vinculados a la política climática. Se suele enfatizar que “no debemos perder de vista el cambio climático”, porque la expansión de las energías renovables es un medio central para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Muchos países están formulando ahora esta prioridad en sus planes nacionales de energía y clima para definir el camino hacia una economía climáticamente neutra durante varias décadas.
Creciente importancia de las nuevas tecnologías
Un avance interesante en el contexto de las energías renovables es la creciente importancia de las innovaciones que van más allá de la energía eólica y solar. El hidrógeno verde, producido a partir de electricidad renovable mediante electrólisis, puede servir como sustituto a largo plazo de los combustibles fósiles, especialmente en zonas difíciles de electrificar. Ejemplos de ello son el transporte pesado, el transporte marítimo o determinados procesos industriales. El encanto de esta tecnología es que el hidrógeno se puede almacenar, transportar y, en el futuro, utilizar en pilas de combustible, de modo que se consigue un alto grado de desvinculación de los centros de producción locales.
Al mismo tiempo, los nuevos sistemas de almacenamiento, como las grandes baterías, representan una oportunidad para compensar los picos de producción en el sector eólico y solar. De esta manera, se pueden amortiguar los picos de carga en las redes y se pueden salvar los períodos de calma oscuros. La cuestión de la capacidad de almacenamiento juega un papel crucial, especialmente en regiones con alimentación fluctuante. Algunos países también están invirtiendo en la investigación de tecnologías alternativas, como centrales eléctricas mareomotrices, undimotrices u ósmosis, que hasta ahora sólo se han utilizado en proyectos piloto. "La próxima generación de fuentes de energía limpias está a la espera de ser desarrollada", afirman los institutos de investigación que reciben subvenciones para sus proyectos.
Muchos países carecen de una infraestructura de red adecuada
A pesar de la evolución positiva general, no se pueden descartar los desafíos. Muchos países carecen de una infraestructura de red adecuada que garantice el transporte de grandes cantidades de electricidad renovable entre regiones. La planificación y aprobación de nuevas rutas suele encontrar problemas de aceptación entre la población. Muchos ciudadanos temen las interferencias con el paisaje o están preocupados por las consecuencias medioambientales. Los costos financieros también siguen siendo un problema: aunque los precios de los módulos solares y las turbinas eólicas han tendido a bajar, la expansión sigue siendo intensiva en capital. Para gestionar las inversiones, a menudo se requieren mecanismos de apoyo, lo que a su vez conduce a debates sobre los precios de la electricidad y la justicia social.
A nivel internacional, no se debe subestimar la situación geopolítica. La rápida expansión de las energías renovables puede reducir la dependencia de las importaciones de petróleo y gas, pero, por otro lado, están creciendo nuevas dependencias, por ejemplo de materias primas como el litio, el cobalto o las tierras raras, que son esenciales para las tecnologías solares y de baterías. “La transición energética requiere una nueva mirada a las cadenas de suministro globales”, son las advertencias de los ministerios de economía y comercio, que impulsan asociaciones estratégicas y conceptos de reciclaje. Al mismo tiempo, el cambio a fuentes de energía limpias crea potencial para el crecimiento económico, la innovación tecnológica y nuevos empleos, especialmente en la artesanía, la investigación y la manufactura.
La tendencia mundial hacia las energías renovables es inconfundible
China, Japón y Europa están invirtiendo fuertemente en energía eólica, solar y otras tecnologías renovables. Las diferencias en las proporciones reales alcanzadas son a veces considerables, debido a factores geográficos, políticos, económicos y sociales. Mientras China utiliza proyectos gigantescos para mostrar cuán rápido una nación industrial puede avanzar en la expansión de las energías renovables, Estados Unidos depende cada vez más de una combinación de incentivos fiscales, investigación y el espíritu empresarial pionero de los estados individuales. Japón está intentando encontrar un equilibrio entre las energías renovables y el uso racional de la energía nuclear para hacer frente a las consecuencias del desastre de Fukushima sin poner en peligro la seguridad del suministro. En Europa, los Estados miembros desarrollan objetivos y estrategias comunes, pero siguen sus propios caminos debido a sus diferentes puntos de partida. Alemania es conocida por su decidida expansión de la energía eólica y solar, Francia se apega a la energía nuclear mientras integra más energías renovables, España se beneficia de abundante sol y viento, Italia de su diversidad geográfica y su potencial de energía geotérmica.
En todas partes, los ambiciosos objetivos de protección del clima y los planes de futuro de largo alcance están vinculados a la expansión de las energías renovables. La modernización de la red, las tecnologías de almacenamiento, el hidrógeno verde y las aplicaciones eléctricas más eficientes en el transporte y la calefacción son sólo algunos ejemplos de cómo los sectores pueden estar más estrechamente interconectados. Al mismo tiempo, es crucial garantizar la aceptación social y la estabilidad política. Los problemas de aceptación, los debates sobre costos, los cuellos de botella en la cadena de suministro y la cuestión de asegurar la capacidad de carga base a través de capacidades de reserva flexibles preocupan a casi todas las naciones que luchan por lograr un cambio integral en sus sistemas energéticos.
Sin embargo, es notable cómo el impulso se está desplazando hacia las tecnologías renovables. “No hay vuelta atrás al antiguo sistema energético”, afirman los expertos del sector, que destacan la creciente competitividad de las energías verdes. Lo que está claro es que en muchas regiones los costes puros de producción de la energía eólica y solar ya son competitivos. Las innovaciones futuras ayudarán aún más a desarrollar soluciones aún más rentables, eficientes e inteligentes.
La cooperación internacional juega un papel central. Dado que el cambio climático no conoce fronteras, resulta valioso el intercambio de experiencias sobre condiciones marco políticas, conceptos técnicos y formatos de participación social. Por último, pero no menos importante, acontecimientos globales como las tensiones geopolíticas muestran que la seguridad del suministro energético es un factor importante para la estabilidad de economías y sociedades enteras. Las energías renovables pueden permitir independencia y estructuras de costos predecibles a largo plazo, siempre que se implemente rápidamente la infraestructura necesaria, desde líneas eléctricas hasta tuberías de hidrógeno.
El resultado es que todos los países y regiones examinados quieren beneficiarse de una proporción cada vez mayor de energías renovables. Las estrategias seguidas en cada caso son diversas, se adaptan a las necesidades nacionales y conducen a diferentes velocidades de expansión. La idea de que los combustibles fósiles son finitos y perjudiciales para el clima es un denominador común que une cada vez más las políticas energéticas. Numerosas previsiones sugieren que esta tendencia no hará más que aumentar en las próximas décadas. Tecnologías nuevas e innovadoras, ofensivas de inversión en infraestructura verde y medidas políticas para una mayor protección del clima trabajarán juntas para acelerar el progreso.
Con esto finaliza este tratado. En resumen, vemos un mundo en transición energética: China está aumentando su influencia económica y tecnológica en el campo de las energías renovables, Estados Unidos se está centrando en la innovación y el dinamismo federal, Japón está dominando el acto de equilibrio entre la energía nuclear y las energías alternativas, y Europa está promoviendo un cambio colaborativo con diferentes puntos focales nacionales. Sigue siendo un desafío apasionante ver cómo los desarrollos individuales encajarán entre sí para crear un sistema energético a largo plazo, sostenible y globalmente equilibrado. Pero una cosa parece segura: las energías renovables seguirán ganando importancia y cambiarán permanentemente la forma en que generamos y consumimos energía en todo el mundo.
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