Icono del sitio web Xpert.Digital

Pseudoexpertos y dumping de IA: ¿Por qué el mercado de consultoría tradicional está implosionando?

Pseudoexpertos y dumping de IA: ¿Por qué el mercado de consultoría tradicional está implosionando?

Pseudoexpertos y el abandono de la IA: ¿Por qué el mercado de la consultoría tradicional está en crisis? – Imagen: Xpert.Digital

El rediseño del marketing y los servicios empresariales: por qué la especialización y la experiencia genuina priman sobre las ganancias rápidas

La era de la adaptación ha terminado: bienvenidos a la era de la reinvención.

Nos encontramos en un punto de inflexión crucial en la economía digital. Lo que muchos proveedores de servicios, agencias y consultoras están experimentando actualmente no es una caída temporal del mercado ni una simple caída cíclica. Es el impacto devastador de modelos de negocio fundamentales que se derrumban bajo el peso de la disrupción tecnológica y la alteración de los mecanismos del mercado.

Durante años, la optimización de motores de búsqueda (SEO), el alcance orgánico en redes sociales y los enfoques de consultoría integral se consideraron los pilares indestructibles de la creación de valor. Pero la realidad de 2025 pinta un panorama desolador: las vistas generales de Google con IA hacen que los clics queden obsoletos, las plataformas de redes sociales han monetizado casi por completo su alcance orgánico y una avalancha de pseudoexpertos con IA está reduciendo tanto los precios como los estándares de calidad.

Cualquiera que siga intentando triunfar con las estrategias del pasado, ya sea mediante volumen, descuentos mínimos o aferrándose a canales en declive, inevitablemente se está metiendo en una "carrera hacia el abismo". La vieja ecuación "más servicios = más ingresos" ya no es válida. En cambio, la integridad y la auténtica experiencia se están convirtiendo en las divisas más valiosas en un mercado que cada vez pierde más su rumbo.

El siguiente análisis no es una simple evaluación de la crisis, sino un manifiesto estratégico para encontrar una salida. Ilustra con claridad por qué reducir la cartera de servicios no es un retroceso, sino un paso evolutivo crucial. Descubra por qué debemos alejarnos de los servicios orientados a los insumos y cómo la especialización, junto con la compensación basada en resultados, es la única manera de preservar la creación de valor humano genuino en un mundo de inteligencia artificial y contenido sintético.

Adecuado para:

Cómo la erosión de la creación de valor genuino está forzando un cambio de paradigma

La velocidad a la que los modelos de negocio fundamentales se están volviendo obsoletos no tiene precedentes en la historia económica moderna. Lo que hace dos décadas se consideraba una cadena de valor segura y a largo plazo es ahora un enfoque obsoleto. La revolución digital ha pasado de ser una disrupción tecnológica a una amenaza existencial para cualquier modelo de negocio basado en supuestos del pasado. Esto afecta no solo a tecnologías o canales de marketing individuales, sino a toda la base económica sobre la que se han construido las consultoras, agencias y proveedores de servicios especializados tradicionales.

Lo que presenciamos actualmente no es un simple cambio, sino un colapso sistemático de sectores empresariales enteros. Las empresas están perdiendo una parte considerable de su alcance orgánico, sus antiguas competencias clave están siendo reemplazadas por inteligencia artificial, y la competencia está cada vez más dominada por pseudoexpertos que hacen casi imposible distinguir la verdadera experiencia del conocimiento superficial. En esta situación, las empresas de servicios innovadoras se enfrentan a una decisión crucial: adaptarse, reestructurarse y centrarse en la creación de valor genuino, o ser arrastradas por la vorágine de las guerras de precios.

Adecuado para:

El siguiente análisis arroja luz sobre las causas estructurales de esta evolución y explica por qué los principales proveedores de servicios necesitan reducir cada vez más su gama de servicios para mantener la integridad, la rentabilidad y la relevancia estratégica.

El colapso de la economía de los motores de búsqueda clásicos: del SEO a la búsqueda con IA

Durante más de dos décadas, la optimización para motores de búsqueda (SEO) ha sido la columna vertebral de las estrategias de marketing digital. Las empresas han invertido millones en SEO para generar alcance orgánico y asegurar tráfico. Esta era no termina gradualmente, sino exponencialmente.

La realidad es más clara que cualquier predicción: entre enero y septiembre de 2025, los principales medios de comunicación y plataformas en línea experimentaron pérdidas de entre el 40 % y el 80 % de su tráfico orgánico. HubSpot, considerado durante mucho tiempo un referente en SEO, perdió entre el 70 % y el 80 % de su tráfico orgánico. CNN experimentó descensos de entre el 27 % y el 38 %. Estos no son casos excepcionales, sino síntomas sistemáticos de un cambio fundamental en la economía de las búsquedas.

La razón reside en una tecnología que está revolucionando el panorama: Google AI Overviews. Estos resúmenes, impulsados ​​por IA, aparecen actualmente en aproximadamente el 13 % de las búsquedas en Google, con una tasa de crecimiento proyectada de entre el 20 % y el 25 % para finales de 2025. Cuando se utilizan AI Overviews, las tasas de clics se desploman de un promedio del 1,41 % a un escaso 0,64 %, lo que supone una reducción del 55 %. Incluso las consultas de búsqueda sin AI Overviews muestran descensos drásticos. En comparación con junio de 2024, las tasas de clics orgánicas han caído un 41 % en general.

El paradigma ha cambiado radicalmente. El SEO solía ser un juego donde el contenido de alta calidad se combinaba con la optimización técnica para mejorar las clasificaciones. Hoy en día, las clasificaciones se han vuelto casi irrelevantes. Una empresa puede posicionarse en primer lugar y aun así no recibir tráfico porque el resumen de IA ya ha respondido la pregunta directamente en los resultados de búsqueda. Los clics ya no son necesarios.

Este es un problema estructural, no cíclico. Si bien Google procesa entre 9.100 y 13.600 millones de consultas de búsqueda a diario, una proporción cada vez mayor de estas consultas no genera clics. Aproximadamente el 60 % de todas las consultas de búsqueda no generan clics en sitios web. El tráfico de los motores de búsqueda, que antes era el motor de los modelos de negocio digitales, se está evaporando.

Las consecuencias para las agencias y los especialistas en SEO son inmediatas y devastadoras. Los clientes se preguntan, con razón: ¿Por qué debería pagar por servicios de SEO cuando el propio motor de búsqueda ofrece las respuestas? Esto no implica una reducción de precios, sino la eliminación de estos servicios de las carteras de proveedores que desean proteger su marca e integridad. Una agencia de SEO honesta que siga invirtiendo fuertemente en campañas de SEO clásicas en 2025 no está actuando en el mejor interés del cliente. Está vendiendo una solución a un problema que se reduce sistemáticamente.

La alternativa emergente, la Optimización Generativa de Motores (GEO), promete hacer que el SEO sea relevante en un nuevo contexto. Sin embargo, pronto queda claro que la GEO no es simplemente la nueva versión del SEO. Requiere habilidades completamente diferentes, estrategias de contenido diferentes y métricas diferentes. No es solo un complemento, sino un rediseño de la arquitectura fundamental del marketing. Las agencias que intentan posicionar el SEO y la GEO en paralelo están ocultando la realidad: para la mayoría de los clientes, el potencial de retorno de la inversión (ROI) del SEO tradicional es ahora limitado.

La trampa de la visibilidad pagada: cómo las redes sociales sofocan sistemáticamente su alcance orgánico

Cuando el SEO como canal colapsa, muchas empresas recurren a la siguiente supuesta solución milagrosa: las redes sociales. Pero también en este caso, se hace evidente rápidamente que las plataformas de redes sociales han abandonado hace tiempo su alcance orgánico como modelo de negocio. Se han transformado en sistemas de visibilidad puramente de pago.

Las cifras son claras y aleccionadoras para las empresas que buscan un alcance orgánico a través de las redes sociales. En Facebook, el alcance orgánico promedia el 1,37 % de los seguidores. Esto significa que si una empresa tiene 10 000 seguidores, una publicación orgánica llega a aproximadamente 137 personas. Instagram muestra una dinámica similar, con un alcance orgánico de entre el 4 % y el 6 %, e incluso así, solo en condiciones óptimas. LinkedIn, posicionada como plataforma de marketing B2B, ofrece un alcance promedio del 6,4 % para publicaciones regulares y tan solo un 2 % para páginas de empresa. TikTok, considerada durante mucho tiempo la plataforma con el mayor alcance orgánico, lo ha reducido a la mitad, del 24 % al 10 % en dos años.

No se trata de un problema de calidad del contenido ni de falta de experiencia entre los profesionales del marketing. La erosión del alcance orgánico es una característica estructural del modelo de negocio de las plataformas de redes sociales. Cuanto más depende una empresa del alcance orgánico, más se convierte en un motor de contenido gratuito para plataformas que no tienen ningún incentivo económico para aumentarlo. Por el contrario, un alcance orgánico limitado empuja a las empresas a recurrir a las ofertas de pago de las plataformas.

Esto se hizo evidente en un momento interesante: cuando P&G, la empresa con la mayor inversión publicitaria a nivel mundial, canceló 200 millones de dólares en publicidad digital, las ventas se mantuvieron estables. El experimento revela una verdad incómoda: las campañas masivas en redes sociales no son esenciales para el crecimiento de los ingresos. Sin embargo, los presupuestos de marketing se mantienen sin cambios y se invierten fuertemente en promoción pagada en redes sociales, mientras que el alcance orgánico genuino se ha convertido en un mito.

Para las agencias que han construido sus modelos de negocio en torno al marketing en redes sociales, esto representa una amenaza existencial. Los servicios tradicionales de redes sociales —el desarrollo estratégico de la presencia en redes sociales, la planificación de calendarios de contenido orgánico y la consultoría para optimizar la interacción— pierden su relevancia económica cuando desaparece el alcance orgánico. La realidad es que, si una empresa quiere ser visible en redes sociales, paga por esa visibilidad. No existe un truco ingenioso ni un algoritmo secreto. Solo existe el pago o la irrelevancia.

La consecuencia es una promesa moral que las agencias no pueden cumplir: si prometen a un cliente que un "contenido de calidad" generará alcance orgánico, están prometiendo algo que las plataformas impiden sistemáticamente. Por lo tanto, una agencia honesta redefinirá sus servicios de redes sociales, no como generación de alcance, sino como gestión de campañas de pago, o simplemente no los ofrecerá, porque el valor añadido económico es demasiado limitado.

Adecuado para:

El declive del marketing estratégico: cuando los descuentos en los precios sustituyen a la estrategia

El marketing ha experimentado una transformación fundamental que tiene menos que ver con la innovación que con la degeneración. Si bien antes se entendía como una disciplina estratégica (posicionamiento, diferenciación y articulación de valor), hoy predominan los descuentos y las promociones constantes, lo que resulta en una competencia a la baja en la que la diferenciación se sustituye por precios más bajos.

Observemos las industrias de cosméticos y suplementos dietéticos: estos sectores ya no definen sus campañas por la innovación, la calidad ni las propuestas de valor. Las definen por reducciones de precio permanentes. "30% de descuento", "Compra uno y paga dos", "Ofertas flash". Estas tácticas no son estrategias de marketing, sino medidas de emergencia cuando la diferenciación genuina ya no funciona.

El fenómeno es igualmente frecuente en el mundo B2B. La industria de la consultoría, durante mucho tiempo un bastión de posicionamiento premium, atraviesa una crisis existencial. McKinsey, Bain y Deloitte —las tres grandes empresas de consultoría de gestión— están retirando a miles de consultores. La causa no es una recesión cíclica, sino un cambio estructural: cuando una plataforma de IA ofrece un análisis de entrada al mercado en minutos, que antes requería semanas de consulta humana, el modelo de negocio premium de estas empresas se desmorona.

Al mismo tiempo, la industria de la consultoría se está fragmentando en cientos de "expertos", "consultores" y "especialistas". Estos individuos a menudo no son expertos en absoluto, sino usuarios de herramientas de IA con un conocimiento superficial de su campo. Sin embargo, pueden ofrecer precios más bajos porque su base de costos se reduce gracias a las herramientas de IA. El resultado: una competencia que no se basa en la experiencia genuina, sino en reducciones de precios y la automatización basada en herramientas.

El sector de la consultoría está experimentando una bifurcación: por un lado, están las grandes firmas consolidadas con amplios recursos. Por otro, existen cientos de consultoras boutique, pequeñas y medianas, a menudo fundadas por antiguos socios de McKinsey o Bain, que ofrecen servicios más ágiles y asequibles. Ambas partes compiten en precio, no en valor. El punto medio —donde se ofrece una consultoría genuina, bien fundada y especializada— está siendo relegado.

El mercado global de consultoría en transformación digital está creciendo nominalmente, pasando de aproximadamente USD 268 000 millones en 2025 a una proyección de USD 548 000 millones para 2035. Sin embargo, este crecimiento nominal oculta una realidad incómoda: el precio por hora de consultoría está bajando, los márgenes se están reduciendo y la necesidad de reaccionar al precio es cada vez mayor. Lo que estadísticamente se considera «crecimiento» a menudo es simplemente un aumento del volumen con una disminución de las ganancias.

La tradicional "carrera a la baja" en la fijación de precios sigue una lógica convincente: si un competidor baja los precios, otros lo imitan para evitar perder cuota de mercado. Pero esto no es simplemente un problema táctico. Es una señal estratégica de que el sector carece de opciones genuinas de diferenciación. Si todos ofrecen "el mismo servicio" —o si los clientes no entienden por qué existen las diferencias—, el precio sigue siendo el único factor diferenciador.

Para los proveedores de servicios que desean proteger su reputación y sus márgenes, este es un mensaje claro: si no se adentran en un segmento donde sea posible una verdadera diferenciación, se verán arrastrados a una guerra de precios. Y las guerras de precios son una amenaza existencial para los proveedores de servicios. Su margen de beneficio ya es reducido. Una reducción del 10 % en el precio no significa una reducción del 10 % en las ganancias, sino del 30 %, 40 % o incluso del 50 %.

Adecuado para:

El pantano de los pseudoexpertos: cómo la erosión de la experiencia genuina se está convirtiendo en una pesadilla competitiva

Lo que hace que la situación actual sea particularmente compleja no es solo la obsolescencia de los canales y el aumento de la presión sobre los precios. También se trata de una erosión más profunda de la propia experiencia. El sector de la consultoría está cada vez más poblado por personas que no se distinguen de los verdaderos expertos: clientes que carecen de un conocimiento profundo de la materia.

La razón radica en la convergencia de varias tendencias. En primer lugar, el acceso a la información se ha democratizado. Una persona que completó un curso en línea sobre "IA y Negocios" hace dos semanas puede posicionarse como un "consultor de estrategia de IA". La diferencia de información entre ellos y un auténtico experto en IA con diez años de experiencia no es absoluta, sino gradual, y difícil de discernir para clientes sin experiencia real.

En segundo lugar, las herramientas de IA han reducido drásticamente el coste de la consultoría. Un consultor que utilice ChatGPT y Perplexity puede generar rápidamente análisis, planes de marketing y escenarios de negocio que parecen sólidos a simple vista. El cliente promedio no se dará cuenta de que fueron generados por IA y que poseen matices o una profundidad estratégica genuina fundamentalmente limitados.

En tercer lugar, la propia industria ha impulsado esta dinámica. La tendencia hacia la "contratación basada en habilidades" (reclutar personas basándose en habilidades demostradas en lugar de títulos o experiencia) permite que las grandes consultoras contraten a cientos de nuevos "expertos" sin experiencia real, quienes luego pueden incorporarse rápidamente a sus clientes.

El resultado: La industria de la consultoría se convierte en un atolladero donde ya no se distingue entre verdaderos expertos y usuarios, entre usuarios avanzados y principiantes. El mercado no puede diferenciarlos. Por lo tanto, la competencia se centra en el precio.

Esta es una crisis existencial para un verdadero experto. El valor de la experiencia genuina ya no se percibe en esta dinámica. Una persona con 15 años de sólida experiencia en, por ejemplo, optimización de la cadena de suministro, compite contra cientos de "consultores de la cadena de suministro" que empezaron en otra área hace dos años. El experto consolidado no puede simplemente usar su experiencia como argumento de venta, porque el mercado no ve la diferencia.

La única solución no es competir con el atolladero, sino salir de él. Esto significa centrarse en nichos donde la experiencia genuina es evidente y difícil de replicar. O bien: crear modelos de servicio completamente diferentes donde el valor no dependa de las horas de consultoría, sino de resultados comprobados.

 

🎯🎯🎯 Benefíciese de la amplia experiencia quíntuple de Xpert.Digital en un paquete de servicios integral | BD, I+D, XR, PR y optimización de la visibilidad digital

Benefíciese de la amplia y quíntuple experiencia de Xpert.Digital en un paquete integral de servicios | I+D, XR, RR. PP. y optimización de la visibilidad digital - Imagen: Xpert.Digital

Xpert.Digital tiene un conocimiento profundo de diversas industrias. Esto nos permite desarrollar estrategias a medida que se adaptan precisamente a los requisitos y desafíos de su segmento de mercado específico. Al analizar continuamente las tendencias del mercado y seguir los desarrollos de la industria, podemos actuar con previsión y ofrecer soluciones innovadoras. Mediante la combinación de experiencia y conocimiento generamos valor añadido y damos a nuestros clientes una ventaja competitiva decisiva.

Más sobre esto aquí:

 

Por qué las agencias con posiciones amplias se pierden en el spam de precios y cómo los especialistas están ganando ahora

La espiral del pacto con el diablo: cuando el enfoque en el contenido se sustituye por el enfoque en el precio

Esto conduce a un fenómeno aparentemente contradictorio: aunque se predica en todas partes que "el contenido es el rey", casi todas las estrategias basadas en contenido están sujetas al mismo fenómeno de erosión. El marketing de contenidos, en teoría, debería ser la forma de demostrar auténtica experiencia y generar confianza. Pero la realidad demuestra que el contenido como medio de diferenciación ha pasado hace tiempo a la producción en masa.

La consecuencia es generalizada: la producción de contenido es cada vez más barata. No por una mayor eficiencia, sino porque las expectativas están disminuyendo. Un artículo de investigación de 10 000 palabras que requiere 40 horas de trabajo especializado ahora se produce en tres horas utilizando herramientas de IA, con pérdidas significativas de calidad que pasan desapercibidas para el consumidor promedio de contenido.

Las campañas de marketing siguen cada vez más una fórmula simple: producir mucho contenido, ofrecer muchos descuentos y esperar que las conversiones aumenten. Esto no es marketing, es spam de fuerza bruta con un mejor diseño. Y es fatal para las agencias que intentan ofrecer un valor estratégico real.

La razón: Los clientes no aprenden a distinguir la calidad genuina de los productos de inferior calidad cuando ambos se anuncian con descuentos similares. En cambio, aprenden a responder al precio, no al valor. Esta es una dinámica clásica de "carrera hacia el abismo". Cuanto más las agencias definan sus campañas en torno a los descuentos —y no a la innovación ni la diferenciación—, más se acostumbra a los clientes a ser cazadores de descuentos.

El problema fundamental: la explotación antes que la exploración, las ganancias antes que la innovación.

En el centro de todos estos fenómenos se encuentra un problema estratégico que va mucho más allá de los canales o tácticas individuales. Se trata de un conflicto fundamental de objetivos entre la búsqueda de beneficios a corto plazo y la creación de valor a largo plazo. En la investigación organizacional, esto se suele describir como el dilema de «explotación vs. exploración».

Explotar significa extraer la máxima eficiencia de los recursos, procesos y conocimientos existentes. Implica replicar, escalar y optimizar modelos probados. Es rentable y tangible a corto plazo.

Explorar significa invertir en nuevas tecnologías, nuevos mercados y nuevas habilidades. Implica cuestionar los procesos establecidos y probar cosas radicalmente nuevas. Es arriesgado, costoso y no ofrece rentabilidad garantizada.

La mayoría de las industrias y empresas que persiguieron objetivos de crecimiento ambiciosos durante los últimos cinco años redujeron drásticamente la exploración en favor de la explotación. Optimizaron sus modelos de negocio existentes, redujeron costos y vendieron con descuentos. Esto generó ganancias a corto plazo.

Pero el mundo cambió más rápido de lo esperado. El SEO se volvió obsoleto. El alcance orgánico se vio frenado. La presión de los precios se intensificó. Y de repente, estas empresas se dieron cuenta de que sus modelos "optimizados" ya no funcionaban en una nueva realidad. Lo habían invertido todo en la explotación y no les quedaban reservas para la exploración.

Al mismo tiempo, las empresas y agencias que intentan una exploración genuina se evalúan utilizando métricas tradicionales: margen, coste por cliente potencial y retorno de la inversión publicitaria. Estas métricas se han optimizado para la explotación. Penalizan la exploración, que por definición es arriesgada y ofrece menores retornos inmediatos.

El resultado es un círculo vicioso: las agencias necesitan generar ingresos con su negocio actual, por lo que se centran en la explotación. Los rápidos cambios tecnológicos minan su negocio actual. Pierden clientes ante competidores más económicos. Sus márgenes se reducen. Cada vez tienen menos recursos para explorar nuevos enfoques. Su capacidad de innovación disminuye.

Esta es precisamente la espiral en la que han caído muchas agencias digitales y proveedores de servicios de marketing "innovadores" en los últimos tres a cinco años. Hablaban de innovación y transformación, pero sus modelos de negocio se centraban exclusivamente en la explotación: en maximizar la eficiencia de los canales existentes (que se estaban volviendo obsoletos).

Adecuado para:

La incompatibilidad ética y económica: ¿Por qué los proveedores de servicios genuinos deben elegir?

Esto nos lleva a una idea clave que muchos profesionales del desarrollo empresarial encuentran incómoda: ya no es posible tener una cartera de servicios universal que sea éticamente aceptable y rentable.

Si un proveedor de servicios sabe que los servicios de SEO tendrán un ROI marginal para la mayoría de los clientes para 2025 y aún los ofrece, está optimizando para sus propios ingresos, no para el éxito del cliente. Esto no es simplemente una decisión táctica, sino una falla moral.

Si una agencia sabe que las estrategias de “redes sociales orgánicas” solo generan un alcance del 1 al 4 por ciento, y aún así las presenta como la estrategia principal (en lugar de cambiar inmediatamente a campañas pagas), entonces está vendiendo una ilusión.

Si los consultores basan sus honorarios en el precio en lugar de en el valor (porque no han invertido en la experiencia especializada que permite una verdadera diferenciación de valor), entonces están compitiendo en el nivel equivocado.

La consecuencia lógica para un proveedor de servicios que desea proteger su reputación y ofrecer un valor añadido genuino es una reducción radical de su cartera de servicios. No para ganar menos, sino para ganar más, mediante el enfoque, la especialización y la experiencia real, en lugar de un volumen excesivo.

Esto no es evidente para muchos. La lógica empresarial clásica establece: Más servicios = Más clientes = Más ingresos. Sin embargo, esta lógica asume que todos los servicios tienen el mismo valor y que los ingresos son sinónimo de beneficios y valor a largo plazo.

La realidad es diferente: más servicios = más gastos generales, más complejidad, menos especialización, menos valor perceptible para los clientes, más presión sobre los precios.

El siguiente nivel: Por qué la innovación especializada es la única estrategia racional

Para los proveedores de servicios que quieren sobrevivir y prosperar en la transformación, sólo hay una estrategia racional: especializarse radicalmente y simultáneamente invertir en innovación genuina para esa especialización.

Esto no significa dedicarse a una sola cosa. Significa centrarse en áreas donde la experiencia genuina, reconocible y difícil de replicar marca una diferencia medible. Y luego invertir agresivamente en nuevas tecnologías, nuevos métodos y nuevos marcos para esa especialización.

Por ejemplo, en lugar de ofrecer «marketing digital para todas las industrias», una agencia podría especializarse en «generación de demanda impulsada por IA para empresas B2B SaaS con ingresos anuales de entre 50 y 500 millones de dólares». Podrían entonces:

  • Desarrollar un conocimiento profundo de la industria (cómo funcionan los ciclos de compra, cuáles son los puntos críticos, etc.)
  • Recopilar información y datos exclusivos (por ejemplo, ¿qué mensaje se convierte para qué tipo de personas?)
  • Desarrollar pilas de tecnología que funcionen de manera óptima para esta especialización
  • Desarrollar un valor de reconocimiento de marca donde los clientes digan: “Este es el mejor proveedor para mi problema”

En esta posición, el precio ya no es una variable competitiva fundamental. El cliente no compra "servicios de marketing digital". Compra la mejor solución a su problema de generación de demanda. Este es un posicionamiento completamente diferente.

El precio puede ser más alto porque el valor reconocido es mayor. El margen es mayor. Y, lo más importante, los recursos para la exploración y la innovación están disponibles para seguir siendo relevantes ante el próximo cambio tecnológico.

El problema sistémico: ¿Por qué una competencia formada por un 20-30% de pseudoexpertos conduce al colapso?

La situación actual en muchos sectores de servicios se ve agravada por un problema estructural específico: un entorno competitivo en el que entre el 20 y el 30 por ciento de los proveedores son “expertos”, mientras que el 70-80 por ciento restante son pseudoexpertos, usuarios o simplemente comercializadores que fingen tener experiencia.

Esto no es nuevo. Toda industria con bajas barreras de entrada desarrolla esta dinámica. Pero en consultoría, marketing y servicios tecnológicos, esto es particularmente pronunciado debido a la convergencia de dos factores:

En primer lugar, la información es barata y está democratizada. Cualquiera puede decir "Soy consultor de estrategia de IA" sin necesidad de verificar ninguna cualificación sustancial. El antídoto —la reputación y el portafolio— se construye rápidamente mediante un gran número de proyectos de bajo coste.

En segundo lugar, las herramientas de IA han reducido aún más las barreras de entrada. Una persona con habilidades promedio puede usar herramientas de IA para generar resultados que parecen "suficientemente buenos" para el 70 % de los clientes.

El resultado es una competencia donde la auténtica experiencia no se reconoce ni se recompensa. El mercado no distingue entre el 20% de los mejores expertos y el 70% de los pseudoexpertos que parecen impresionantes. Por lo tanto, ambos se juzgan únicamente por el precio.

Y en una competencia basada en precios, gana quien tiene los costos más bajos. Casi siempre son los pseudoexpertos, porque sus gastos generales son menores y no han desarrollado una amplia infraestructura de especialización.

Para los verdaderos expertos, esto es un callejón sin salida. No pueden simplemente "conseguir más clientes" porque siempre son más caros que los pseudoexpertos. No pueden "escalar" porque escalar socavaría su especialización y calidad. Están atrapados.

La única respuesta racional es: no compitan en este campo. No intenten ser "un poco diferentes de los demás expertos". En cambio, creen una categoría completamente distinta donde la experiencia sea indiscutible y el precio no sea la variable principal.

Adecuado para:

El imperio estratégico: del rendimiento a los resultados

El ajuste más profundo que deben afrontar los proveedores de servicios que quieran sobrevivir a esta transformación no es táctico, sino fundamental: pasar de un sistema de precios basado en servicios a un sistema de precios basado en resultados.

La industria de servicios tradicional factura por horas, proyectos, honorarios y compromisos. Todo se basa en información: ¿Cuánto tiempo invierte el proveedor de servicios? ¿Cuántos días-persona se requieren?

Esto genera incentivos perversos. El proveedor de servicios se ve incentivado a vender contratos más largos (no porque sean mejores, sino porque son más caros). El cliente se ve incentivado a minimizar la duración del contrato. Es un juego de suma cero.

La tarificación basada en resultados revierte esta situación. El proveedor de servicios cobra cuando se obtienen resultados. Una agencia de generación de demanda cobra cuando se genera una cierta cantidad de clientes potenciales calificados. Una agencia de marketing de rendimiento cobra cuando se alcanza un ROAS específico.

Esto tiene varias ventajas:

  • Primero: Los incentivos están alineados. El proveedor de servicios solo gana dinero si el cliente está satisfecho. Por lo tanto, se le incentiva a entregar el mejor trabajo, no el más largo.
  • En segundo lugar: El cliente no paga por los insumos (tiempo), sino por los resultados. Esta es una representación más clara del valor.
  • En tercer lugar, la competencia se eleva automáticamente a un nivel superior. En una competencia basada en resultados, los pseudoexpertos no pueden competir. Carecen de la infraestructura, los datos y los procesos patentados para obtener resultados sostenibles. Solo los verdaderos expertos pueden hacerlo.
  • Cuarto: Un proveedor de servicios que ofrece modelos basados ​​en resultados puede cobrar precios más altos porque el cliente considera la probabilidad general de éxito. Si una agencia dice: "Le generaremos 500 clientes potenciales calificados al mes", el cliente puede calcular: "Eso representa X ingresos para mí, por lo tanto, estoy dispuesto a pagar Y". El cliente no paga por el trabajo, sino por el resultado.

La transición a modelos basados ​​en resultados no es fácil. Requiere:

  • Amplias capacidades de datos y métricas
  • Métodos e infraestructura propietarios
  • Capacidad de entrega constante para lograr resultados confiables
  • Aceptación de la variabilidad en los ingresos mensuales (si los resultados varían)

Pero estos mismos requisitos actúan como un filtro, eliminando a los pseudoexpertos. Solo los proveedores de servicios especializados, basados ​​en datos y centrados en la innovación pueden lograr esta transición.

Y aquellos que pueden, entran en un universo competitivo completamente diferente, uno donde el precio no es la variable principal y se recompensa la experiencia genuina.

El final: Por qué reducir la cartera de servicios es beneficioso para todos

Esto nos lleva a la conclusión final: la reducción deliberada de la cartera de servicios no es una concesión a las empresas más débiles. Es una estrategia ofensiva.

Un proveedor de servicios que dice: «Ya no ofrecemos servicios clásicos de SEO» o «Ya no ofrecemos consultoría con precios ajustados» está haciendo varias afirmaciones a la vez:

  • Entiendo la realidad de mi mercado y estoy dispuesto a adaptarme.
  • Respeto lo suficiente a mis clientes como para no venderles soluciones obsoletas.
  • Me concentro en la especialización y la innovación, no en el volumen.
  • Estoy dispuesto a competir por resultados, no por insumos.

Anunciar esto tiene varios efectos positivos:

  • En primer lugar, atraen a los clientes adecuados: aquellos que valoran la calidad por encima del precio, que desean invertir en experiencia genuina y que buscan socios, no mano de obra barata.
  • En segundo lugar, están alejando a los clientes equivocados: aquellos que tratan los servicios como una mercancía, que sólo responden al precio y que quieren minimizar los costos.
  • En tercer lugar: Simplifica sus operaciones. Con menos servicios, su infraestructura es más eficiente, su especialización más profunda y su innovación más enfocada.
  • Cuarto: Muestran confianza en el mercado. Un proveedor de servicios que reduce su cartera envía una señal contundente: Estoy tan convencido de mi experiencia en mis servicios principales que puedo prescindir de todo lo demás.

Rediseñando el valor empresarial en un mundo dinámico

Nos encontramos en un momento de redefinición del significado de "creación de valor". Los canales tradicionales —SEO, redes sociales orgánicas, marketing de contenidos clásico— están demostrando ser estructuralmente obsoletos o se han reducido a un mero juego de volumen. La competencia tradicional —proveedores de servicios con amplias carteras que compiten por precio— está siendo sistemáticamente aplastada.

La única estrategia sostenible para los proveedores de servicios es: especialización, innovación y desempeño basado en resultados.

Esto requiere la valentía de eliminar servicios que generan ingresos pero no crean valor real. Requiere la disposición a atender con mayor profundidad a segmentos de clientes más pequeños, en lugar de atender superficialmente a segmentos grandes. Requiere innovación continua, no en tácticas, sino en el enfoque estratégico.

Pero la recompensa es sustancial: un negocio basado en el valor real, no en el arbitraje entre las expectativas del cliente y la realidad. Un negocio con mayores márgenes y mayor rentabilidad. Un negocio que seguirá siendo relevante en 2026, 2027 y 2030.

Esto no significa menos marketing ni menos desarrollo empresarial; es una forma más inteligente, más informada y con visión de futuro. Y es la única estrategia que funciona a largo plazo en esta era de disrupción continua.

 

Nuestra experiencia en la UE y Alemania en desarrollo empresarial, ventas y marketing.

Nuestra experiencia en la UE y Alemania en desarrollo empresarial, ventas y marketing - Imagen: Xpert.Digital

Enfoque industrial: B2B, digitalización (de IA a XR), ingeniería mecánica, logística, energías renovables e industria.

Más sobre esto aquí:

Un centro temático con conocimientos y experiencia:

  • Plataforma de conocimiento sobre la economía global y regional, la innovación y las tendencias específicas de la industria.
  • Recopilación de análisis, impulsos e información de fondo de nuestras áreas de enfoque
  • Un lugar para la experiencia y la información sobre los avances actuales en negocios y tecnología.
  • Centro temático para empresas que desean aprender sobre mercados, digitalización e innovaciones industriales.

 

Asesoramiento - Planificación - Implementación

Konrad Wolfenstein

Estaré encantado de servirle como su asesor personal.

contactarme con Wolfenstein xpert.digital

llámame bajo +49 89 674 804 (Munich)

LinkedIn
 

 

Salir de la versión móvil