
¿Crisis diplomática en la cumbre de la OTAN en La Haya? Los socios más importantes de Asia se mantienen al margen – Imagen: Xpert.Digital
Cumbre de la OTAN en La Haya: los socios asiáticos se mantienen al margen de la reunión de la alianza
Nueva realidad geopolítica: cumbre de la OTAN sin socios clave de la región Indo-Pacífica
El panorama de seguridad de Europa y el Indopacífico experimentó un punto de inflexión significativo los días 24 y 25 de junio de 2025, cuando surgió una situación diplomática sin precedentes en la cumbre de la OTAN en La Haya. Contrariamente a los planes iniciales, los jefes de Estado y de gobierno de los tres principales países socios de la OTAN en la región Asia-Pacífico se abstuvieron de asistir a la reunión de alto nivel. Este acontecimiento arroja luz sobre las tensiones actuales en las relaciones transatlánticas y el cambio en la dinámica geopolítica entre Estados Unidos, Europa y sus socios estratégicos en el Indopacífico.
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- Cumbre de la OTAN en el HAAG los días 24 y 25 de junio de 2025: Tensiones sobre el gasto de defensa y los temores de Trump
Las cancelaciones y sus efectos inmediatos
Corea del Sur: prioridades internas e incertidumbres geopolíticas
El presidente surcoreano, Lee Jae-myung, quien asumió el cargo en junio de 2025 tras una grave crisis política interna, decidió en el último minuto no asistir a la cumbre de la OTAN. Su cancelación se produjo tras días de especulaciones y señales contradictorias desde la oficina presidencial en Seúl. El asesor de Seguridad Nacional, Wi Sung-lac, había indicado inicialmente que asistiría, antes de que se tomara la decisión final de no viajar a La Haya.
Lee Jae-myung, quien ascendió de humilde origen hasta convertirse en abogado de derechos humanos y superar graves crisis personales, enfrentó enormes desafíos internos tras su victoria electoral. Las profundas tensiones sociales en Corea del Sur, marcadas por conflictos generacionales y la tasa de natalidad más baja del mundo, exigieron su atención inmediata en el país.
Además, el aumento de los aranceles de importación impuestos por la administración Trump, en particular a los automóviles surcoreanos, y las restricciones a las exportaciones de chips a China están poniendo en peligro las bases económicas de esta economía, considerada un tigre del este asiático. Estos factores, sumados a la necesidad de responder al abandono de la reunificación por parte de Corea del Norte y al fortalecimiento de su alianza con Rusia, hicieron inevitable la atención a los asuntos internos.
Japón: Consideraciones estratégicas y expectativas decepcionadas
El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, quien ocupa el cargo desde octubre de 2024 y cuenta con una amplia experiencia como exministro de Defensa, había confirmado inicialmente su participación. Tan solo tres días antes de la cumbre, el Ministerio de Asuntos Exteriores japonés confirmó que Ishiba, junto con sus aliados de la OTAN, tenía la intención de reafirmar el vínculo inextricable entre la seguridad de las regiones euroatlántica e indopacífica.
Sin embargo, el cambio radical se produjo cuando se hizo evidente la improbabilidad de la reunión prevista de la OTAN con los Cuatro países del Indopacífico, así como la improbabilidad de una reunión bilateral con el presidente estadounidense Donald Trump. Ishiba, considerado un experto en políticas de seguridad y pieza clave en la preparación del despliegue de las Fuerzas de Autodefensa de Japón en Irak, aparentemente no veía ningún beneficio estratégico en un viaje prolongado sin resultados diplomáticos sustanciales.
La decisión es especialmente notable dado que Japón ha participado regularmente en las cumbres de la OTAN desde 2022, tras ser invitado por primera vez tras la invasión rusa de Ucrania. Japón y la OTAN han profundizado significativamente su colaboración desde el inicio de la guerra en Ucrania y consideran que la seguridad de la región del Indopacífico está inextricablemente ligada a la de Europa.
Australia: La agenda política interna prevalece sobre la diplomacia internacional
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, también canceló su participación, enviando en su lugar al ministro de Defensa, Richard Marles. Albanese, quien había sido reelegido para un segundo mandato en mayo de 2025 con una histórica victoria aplastante, se centraba en asuntos internos urgentes.
El político laborista había obtenido una impresionante reelección en las elecciones generales de mayo de 2025, desafiando la ola global de oposición al gobierno y obteniendo 17 escaños adicionales. Su gobierno ahora cuenta con 94 escaños en la Cámara de Representantes, la mayor cantidad jamás alcanzada por ningún partido en la legislatura federal australiana. Esta sólida posición nacional le permitió a Albanese posponer compromisos internacionales para cumplir con sus promesas de campaña.
Australia es considerada uno de los aliados más fiables de Estados Unidos en el Indopacífico y posee considerables capacidades militares, así como una amplia experiencia en operaciones expedicionarias. Tradicionalmente, el país ha participado activamente en las operaciones de la OTAN en Oriente Medio y el océano Índico, y es un Socio de Oportunidades Mejoradas de la OTAN.
Los Cuatro del Indo-Pacífico: una asociación estratégica bajo presión
Definición y significado de IP-4
Los Cuatro del Indopacífico están formados por Corea del Sur, Japón, Nueva Zelanda y Australia, cuatro países que bordean el océano Pacífico occidental y son socios clave de la OTAN en la región Asia-Pacífico. Japón y Corea del Sur se encuentran en Asia Oriental, mientras que Australia y Nueva Zelanda pertenecen a Australasia.
Estos países han ampliado continuamente sus relaciones bilaterales con la OTAN durante las últimas dos décadas. Esta cooperación se enmarca en el denominado «Programa de Asociación a Medida», un marco de colaboración acordado conjuntamente que identifica áreas de interés común para la cooperación.
Desarrollo de las relaciones entre la OTAN y el Indopacífico
La cooperación entre la OTAN y sus socios del Indopacífico se ha desarrollado en diversas áreas, como la ciberdefensa, la agenda de Mujeres, Paz y Seguridad, la interoperabilidad militar, la seguridad marítima y el programa Ciencia para la Paz y la Seguridad. Estas alianzas desempeñaron un papel especialmente importante durante la intervención de la OTAN en Afganistán.
Expertos del Royal United Services Institute declararon a la OTAN como plataforma institucional líder para el Indopacífico tras la cumbre de Washington. Esto se debe no solo a la creciente intensidad de la cooperación con el IP-4, sino también a que es uno de los pocos formatos en los que Japón y Corea del Sur colaboran en política de seguridad.
De Asia a Europa: cómo las tensiones geopolíticas amenazan nuestros suministros
La importancia geopolítica del Indopacífico para la arquitectura de seguridad global es difícil de sobreestimar. Asia es la región con mayor crecimiento del mundo, mientras que, al mismo tiempo, la región del Indopacífico se enfrenta a líneas de conflicto de importancia global que pueden afectar directamente a Europa y Alemania.
El noventa por ciento del comercio mundial se realiza por mar, gran parte a través del Indopacífico. Cualquier interrupción de las rutas de transporte en esta región tendría graves consecuencias para las cadenas de suministro hacia y desde Europa, poniendo así en peligro la prosperidad y el suministro de bienes y servicios, incluidos los de Alemania.
La región del Indopacífico alberga a las potencias nucleares India, Pakistán, China y Rusia, así como a Corea del Norte y su programa nuclear. Países de la región, como Estados Unidos, Taiwán, Japón y China, están incrementando considerablemente su gasto militar. Entre 2010 y 2019, el gasto militar en la región aumentó un 50 %, y en el caso de China, hasta un 80 %.
Hub para seguridad y defensa: asesoramiento e información
El Hub para la Seguridad y la Defensa ofrece asesoramiento bien fundado e información actual para apoyar efectivamente a las empresas y organizaciones para fortalecer su papel en la política europea de seguridad y defensa. En estrecha conexión con el grupo de trabajo de las PYME Connect, promueve pequeñas y medianas empresas (PYME) en particular que desean ampliar aún más su innovadora fuerza y competitividad en el campo de la defensa. Como punto de contacto central, el Hub crea un puente decisivo entre las PYME y la estrategia de defensa europea.
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Tensiones geopolíticas y sus efectos
El papel de Donald Trump y la política estadounidense
Las cancelaciones de los tres socios más importantes del Indo-Pacífico están directamente relacionadas con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y su impredecible política exterior. Trump ya había generado fricciones en la cumbre del G7 al abandonar la reunión anticipadamente, cancelando así una reunión prevista con el presidente surcoreano, Lee Jae-myung.
Christopher Johnstone, de la consultora estadounidense Asia Group y exmiembro del equipo de Biden, considera las cancelaciones como una ruptura simbólica. Sospecha que los tres líderes no ven sentido en una reunión en la que Estados Unidos presionará aún más a sus aliados para que aumenten su gasto en defensa. Dicho de otro modo, simplemente están hartos de Donald Trump.
La segunda administración Trump revivió el principio central de "América Primero", lo que llevó a la imposición de condiciones a todos los compromisos importantes de política exterior estadounidense. El Parlamento Europeo expresó su preocupación por el rápido ritmo con el que el gobierno estadounidense está desmantelando las alianzas establecidas.
Amenazas a la seguridad y guerra híbrida
La situación de seguridad actual está dominada por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania desde febrero de 2022. Esta guerra, que viola el derecho internacional, ha sacudido gravemente el orden de seguridad europeo y tiene consecuencias de gran alcance para la arquitectura de seguridad global.
Desde el comienzo de la guerra, Rusia ha incrementado enormemente su gasto militar y ahora produce más armas y otros armamentos en tres meses que todos los países de la OTAN en un año. El Servicio Federal de Inteligencia alemán (BND) cree que Rusia será capaz de lanzar ataques militares en territorio de la OTAN en los próximos cuatro a siete años.
Al mismo tiempo, muchos miembros de la OTAN son cada vez más blanco de ataques híbridos por parte de Rusia, en particular espionaje, sabotaje y ciberataques. Estas amenazas híbridas se caracterizan por el uso coordinado de diversos métodos de influencia ilegítima sin llegar a una guerra formal.
China como desafío estratégico
China representa una amenaza creciente para la arquitectura de seguridad europea. Durante los últimos dos años, China ha declarado reiteradamente que no suministrará armas letales a Rusia; sin embargo, las agencias de inteligencia europeas han obtenido pruebas de que China suministra drones letales fabricados en la región de Xinjiang y luego enviados a Rusia.
Los riesgos de un conflicto militar en el Indopacífico son actualmente mayores en el Mar de China Meridional. El comportamiento cada vez más agresivo de China en el Mar de China Meridional y el Estrecho de Taiwán, así como la preocupación por una posible retirada del apoyo militar estadounidense, son desafíos que afectan por igual a Alemania y a sus aliados en el Indopacífico.
La respuesta de la OTAN y su realineamiento estratégico
Aumento del gasto en defensa
En la cumbre de la OTAN en La Haya, los Estados miembros acordaron un drástico aumento de sus presupuestos de defensa hasta el 5 % de su respectivo producto interior bruto para 2035. Este objetivo estipula que el 3,5 % del PIB se destinará a medidas de defensa propiamente dichas, como armamento o salarios de soldados. Otro 1,5 % se invertirá en infraestructuras como la ampliación de carreteras y puentes aptos para uso militar o ciberprotección.
Esta acumulación masiva de armamentos no se debe sólo a la amenaza de Rusia, sino también a la preocupación de que Estados Unidos pueda retirarse de la alianza si los estados europeos no asumen una mayor responsabilidad en la disuasión y la defensa convencionales en su continente.
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Fortalecimiento de la industria de defensa y la cooperación tecnológica
Otro punto clave de la cumbre de la OTAN fue la expansión de la industria de defensa y el fortalecimiento de las capacidades militares. Los socios de la OTAN deben fortalecer integralmente sus capacidades de disuasión y defensa para afrontar el cambiante panorama de amenazas.
Japón y la OTAN ya han intensificado su cooperación en la industria de defensa. El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, acordaron colaborar, entre otras cosas, en el desarrollo de tecnologías de vanguardia que puedan utilizarse tanto con fines civiles como militares.
Seguridad marítima y capacidades de transporte marítimo
El conflicto en Ucrania ha demostrado la importancia de la logística terrestre, lo que debería recordar a los responsables de la toma de decisiones la importancia de la logística marítima. Sin la capacidad de abastecer una zona de conflicto con artículos de primera necesidad como alimentos, municiones, nuevas armas y energía, las fuerzas militares no pueden sostener un conflicto a largo plazo.
Los expertos estiman que se necesitarían más de 200 buques de carga —incluyendo buques de carga rodada, transbordadores, petroleros y portacontenedores— para gestionar y ganar una confrontación con China en el Pacífico occidental. Una confrontación europea con Rusia probablemente implicaría un desafío similar de transporte marítimo entre Norteamérica y Europa.
Nueva Zelanda como único representante
De los cuatro socios del Indopacífico, solo Nueva Zelanda participó en la cumbre de la OTAN a nivel de jefes de gobierno. El primer ministro Christopher Luxon fue, por lo tanto, el único que representó la voz de los cuatro países miembros en las conversaciones de alto nivel en La Haya.
Esta situación pone de relieve el aislamiento diplomático que sufre la OTAN en relación con sus alianzas en el Indopacífico. Nueva Zelanda, el más pequeño de los cuatro países del IP-4, no podía representar por sí solo el peso estratégico que normalmente aporta todo el grupo a las consultas de la OTAN.
Efectos a largo plazo en las relaciones transatlánticas
Independencia europea versus liderazgo estadounidense
Las cancelaciones de los socios del Indopacífico plantean interrogantes fundamentales sobre el futuro de la arquitectura de seguridad transatlántica. La UE y la OTAN planean una reorganización radical del panorama de seguridad europeo, cuya pregunta central es: ¿Cuánta autonomía europea es posible sin comprometer la vital asociación transatlántica?
Francia tradicionalmente aboga por una mayor autonomía europea, mientras que los estados de Europa del Este favorecen vínculos estrechos con Estados Unidos. Alemania, como ha sido habitual en los últimos años, oscila indecisa entre estas posturas y se enreda en procesos burocráticos.
Fortalecimiento de la cooperación en materia de seguridad en Asia y con Asia
La región de Asia y el Pacífico reviste una gran importancia estratégica para la UE, ya que la seguridad y la prosperidad de Europa están estrechamente vinculadas a los acontecimientos en la región. Sin embargo, abordar las cuestiones de seguridad en y con Asia es complejo y difícil, ya que el panorama de seguridad asiático está determinado por numerosos factores.
Entre ellos se incluyen agravios históricos y disputas territoriales, tensiones étnicas, la interacción entre cambios de poder locales y externos y desafíos globales como el crimen organizado, el terrorismo y la seguridad de las rutas marítimas e Internet.
Un punto de inflexión en la política de seguridad internacional
La crisis diplomática en la cumbre de la OTAN en La Haya marca un punto de inflexión significativo en las relaciones internacionales. Las cancelaciones sin precedentes de los tres principales socios de la OTAN en el Indopacífico reflejan tensiones más profundas en la arquitectura de seguridad global y plantean interrogantes sobre el futuro de las alianzas transatlánticas.
Estos acontecimientos ilustran que el mundo se encuentra en una fase de convulsión en materia de políticas de seguridad. Mientras la OTAN se prepara para los mayores desafíos desde el fin de la Guerra Fría, sus relaciones con socios estratégicos en el Indopacífico deben recalibrarse simultáneamente.
La ausencia de Corea del Sur, Japón y Australia en la cumbre de la OTAN no significa el fin de la cooperación en seguridad, sino que exige nuevos formatos y enfoques. La OTAN y sus Estados miembros europeos deben reconocer que una estrategia de seguridad exitosa en el siglo XXI solo puede lograrse mediante una auténtica colaboración en igualdad de condiciones con las democracias del Indopacífico.
Los desafíos son inmensos: desde la agresión rusa en Europa y la creciente proyección de poder de China en el Indopacífico hasta las amenazas híbridas y los riesgos de ciberseguridad. Al mismo tiempo, surgen oportunidades para rediseñar la arquitectura de seguridad internacional a fin de reflejar las realidades de un siglo XXI cada vez más multipolar.
Los acontecimientos de La Haya pasarán a la historia como un catalizador de las reformas necesarias en la política de seguridad internacional. Ahora corresponde a los líderes políticos de Washington, Bruselas, Tokio, Seúl y Canberra extraer las lecciones correctas de esta crisis diplomática y sentar las bases para un futuro más estable y cooperativo.
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